domingo, 20 de diciembre de 2009

la verdad de lo ocurrido en la Cumbre

(El líder de la Revolución Cubana denuncia que desde la noche del 17 y
la madrugada del 18, el Primer Ministro de Dinamarca y altos
representantes de Estados Unidos se reunían con el Presidente de la
Comisión Europea y los líderes de 27 países para proponerles en nombre
de Obama, un proyecto de acuerdo, en cuya elaboración no participarían
ninguno de los restantes líderes del mundo. Era una iniciativa
antidemocrática y virtualmente clandestina, que ignoraba a miles de
representantes de los movimientos sociales, instituciones científicas,
religiosas y demás invitados a la Cumbre)



A los jóvenes interesa más que a nadie el futuro.

Hasta hace muy poco se discutía sobre el tipo de sociedad en que
viviríamos. Hoy se discute si la sociedad humana sobrevivirá.

No se trata de frases dramáticas. Hay que acostumbrarse a los hechos
reales. Lo último que pueden perder los seres humanos es la esperanza.
Con la verdad en la mano, hombres y mujeres de todas las edades,
especialmente los jóvenes, han librado en la Cumbre ejemplar batalla,
ofreciendo al mundo una gran lección.

Lo principal ahora es que se conozca lo más posible en Cuba y en el
mundo lo ocurrido en Copenhague. La verdad posee una fuerza que supera
la inteligencia mediatizada y muchas veces desinformada de quienes
tienen en sus manos los destinos del mundo.

Si en la capital danesa se logró algo importante, fue que a través de
los medios masivos la opinión mundial pudo observar el caos político
creado y el trato humillante a Jefes de Estado y Gobierno, Ministros y
miles de representantes de movimientos sociales e instituciones,
quienes  llenos de ilusiones y esperanzas viajaron a la sede de la
Cumbre en Copenhague.  La brutal represión contra manifestantes
pacíficos por parte de la fuerza pública, recordaba la conducta de las
tropas de asalto de los nazis que ocuparon la vecina Dinamarca en
abril de 1940. Lo que nadie podía imaginar es que, el 18 de diciembre
del 2009, último día de la Cumbre, esta sería suspendida por el
gobierno danés --aliado de la OTAN y asociado a la carnicería de
Afganistán-- para entregar la sala principal de la Conferencia al
Presidente Obama, donde él y un grupo selecto de invitados, 16 en
total, tendrían el derecho exclusivo de hablar. Obama pronunció un
discurso engañoso y demagógico, lleno de ambigüedades, que no
implicaba compromiso vinculante alguno e ignoraba el Convenio Marco de
Kyoto. Se marchó de la sala poco después de escuchar a algunos
oradores más. Entre los invitados a usar de la palabra estaban los
países más industrializados, varios de las economías emergentes y
algunos de los más pobres del planeta. Los líderes y representantes de
más de 170, solo tenían derecho a escuchar.

Al finalizar el discurso de los 16 escogidos, Evo Morales, con toda la
autoridad de su origen indio aymara, recién electo por el 65% de los
votos y el apoyo de las dos terceras partes de la Cámara y el Senado
de Bolivia, solicitó la palabra. Al Presidente dinamarqués no le quedó
otra alternativa que cedérsela ante la demanda de las demás
delegaciones. Cuando Evo concluyó sus sabias y profundas frases, el
danés tuvo que cederle la palabra a Hugo Chávez. Ambos
pronunciamientos pasarán a la historia como ejemplos de discursos
breves y oportunos. Cumplida cabalmente la tarea, los dos partieron
hacia sus respectivos países. Pero cuando Obama hizo mutis por el
foro, no había cumplido todavía su tarea en el país sede de la Cumbre.

Desde la noche del 17 y la madrugada del 18, el Primer Ministro de
Dinamarca y altos representantes de Estados Unidos se reunían con el
Presidente de la Comisión Europea y los líderes de 27 países para
proponerles en nombre de Obama, un proyecto de acuerdo, en cuya
elaboración no participaría ninguno de los restantes líderes del resto
del mundo. Era una iniciativa antidemocrática y virtualmente
clandestina, que ignoraba a miles de representantes de los movimientos
sociales, instituciones científicas, religiosas y demás invitados a la Cumbre.

Durante toda la noche del 18 hasta las tres de la madrugada del 19,
cuando ya muchos Jefes de Estado se habían marchado, los
representantes de los países estuvieron esperando el reinicio de las
sesiones y la clausura del evento. Todo el día 18, Obama sostuvo
reuniones y conferencias de prensa. Lo mismo hicieron los líderes de
Europa. Después se marcharon.

Ocurrió entonces algo insólito:  a las tres de la madrugada del 19, el
Primer Ministro de Dinamarca convocó una reunión para la clausura de
la Cumbre. Quedaban representando a sus países ministros,
funcionarios, embajadores y personal técnico.

Fue sin embargo asombrosa la batalla que libraron esa madrugada un
grupo de representantes de países del Tercer Mundo, que impugnaban el
intento de Obama y los más ricos del planeta de presentar como acuerdo
por consenso de la Cumbre el documento impuesto por Estados Unidos.

La representante de Venezuela, Claudia Salerno, con energía
impresionante mostró su mano derecha, de la que brotaba sangre, por la
fuerza con que golpeó la mesa para ejercer su derecho a usar de la
palabra. El tono de su voz  y la dignidad de sus argumentos no podrán
olvidarse.

El  Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, pronunció un enérgico
discurso de aproximadamente mil palabras, del cual escojo varios
párrafos que deseo incluir en esta Reflexión:

“El documento que usted varias veces afirmó que no existía, señor
Presidente, aparece ahora. […] hemos visto versiones que circulan de
manera subrepticia y que se discuten en pequeños conciliábulos secretos…”

“…Lamento profundamente la manera en que usted ha conducido esta conferencia.”

“…Cuba considera extremadamente insuficiente e inadmisible el texto de
este proyecto apócrifo. La meta de 2 grados centígrados es inaceptable
y tendría consecuencias catastróficas incalculables…”

“El documento que usted, lamentablemente, presenta no tiene compromiso
alguno de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.”

“Conozco las versiones anteriores que también, a través de
procedimientos cuestionables y clandestinos, se estuvieron negociando
en corrillos cerrados…”

“El documento que usted presenta ahora, omite, precisamente, las ya
magras e insuficientes frases clave que aquella versión contenía…”

“…para Cuba, es incompatible con el criterio científico universalmente
reconocido, que considera urgente e insoslayable asegurar niveles de
reducción de, al menos, el 45% de las emisiones para el año 2020, y no
inferiores al 80% o 90% de reducción para el 2050.”

“Todo planteamiento acerca de la continuación de las negociaciones
para adoptar, en el futuro, acuerdos de reducción de emisiones, debe
incluir, inevitablemente, el concepto de la vigencia del Protocolo de
Kyoto […] Su papel, señor Presidente, es el acta de defunción del
Protocolo de Kyoto que mi delegación no acepta.”

“La delegación cubana desea hacer énfasis en la preeminencia del
principio de ‘responsabilidades comunes, pero diferenciadas’, como
concepto central del futuro proceso de negociaciones.  Su papel no
dice una palabra de eso.”

“Este proyecto de declaración omite compromisos concretos de
financiamiento y transferencia de tecnologías hacia los países en
desarrollo como parte del cumplimiento de las obligaciones contraídas
por los países desarrollados bajo la Convención Marco de las Naciones
Unidas sobre Cambio Climático […] Los países desarrollados, que
imponen sus intereses mediante su documento, señor Presidente, evaden
cualquier compromiso concreto.”

“…Lo que usted llama, señor Presidente, ‘un grupo de líderes
representativos’ es, para mí, una grosera violación del principio de
igualdad soberana que consagra la Carta de las Naciones Unidas…”

“Señor Presidente, le solicito formalmente que esta declaración sea
recogida en el informe final sobre los trabajos de esta lamentable y
bochornosa 15 Conferencia de las Partes.”

Se les había concedido solo una hora a los representantes de los
Estados para emitir opiniones, lo cual condujo a situaciones
complicadas, vergonzosas y desagradables.

Se produjo entonces un largo debate en el que las delegaciones de los
países desarrollados ejercieron fuerte presión para tratar de que la
Conferencia adoptara dicho documento como resultado final de sus
deliberaciones.

Un reducido número de países insistió con firmeza en las serias
omisiones y ambigüedades del documento impulsado por Estados Unidos,
en particular en la ausencia de compromiso de los países desarrollados
en cuanto a la reducción de emisiones de carbono y  al financiamiento
para adoptar medidas de mitigación y adaptación de los países del Sur.

Después de larga y extremadamente tensa discusión, prevaleció la
posición de los países del ALBA y de Sudán, como Presidente del Grupo
de los 77, de que el documento en cuestión era inaceptable para ser
adoptado por la Conferencia.

Ante la evidente falta de consenso, la Conferencia se limitó a “tomar
nota” de la existencia de ese documento como la posición de un grupo
de alrededor de 25 países.

Tras esa decisión adoptada a las 10 y 30 de la mañana, hora de
Dinamarca, Bruno --después de discutir junto a otros representantes
del ALBA amistosamente con el Secretario de la ONU y expresarle la
disposición a seguir luchando junto a Naciones Unidas para impedir las
terribles consecuencias del cambio climático-- partió en compañía del
Vicepresidente cubano Esteban Lazo hacia nuestro país para asistir a
la reunión de la Asamblea Nacional, dando por finalizada su tarea. En
Copenhague quedaban algunos miembros de la delegación y el embajador
para participar en los trámites finales.

En la tarde de hoy informaron lo siguiente:

“…tanto a los que participaron en la elaboración del documento, como
los que --como el Presidente de los EE.UU.-- se anticiparon a anunciar
su adopción por la Conferencia… como no podían rechazar la decisión de
limitarse a ‘tomar nota’ del supuesto ‘Acuerdo de Copenhague’,
intentaron proponer un procedimiento para que otros países Partes que
no habían estado en esta componenda se sumaran a ella, declarando su
adhesión, con lo cual intentaban darle un carácter legal a dicho
acuerdo, que de hecho podía prejuzgar el resultado de las
negociaciones que deberán continuar.”

“Este intento tardío recibió nuevamente una firme oposición de Cuba,
Venezuela y Bolivia, que advirtieron que este documento que la
Convención no había hecho suyo no tenía ningún carácter legal, no
existía como documento de las Partes y no podía establecerse regla
alguna para su supuesta adopción…”

“Es en este estado que terminan las sesiones de Copenhague, sin que se
haya adoptado el documento que fuera preparado subrepticiamente
durante los últimos días, con una clara conducción ideológica de la
administración americana…”

Mañana la atención se centrará en la Asamblea Nacional.

Lazo, Bruno y el resto de la delegación llegarán hoy a media noche. El
Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba podrá explicar el lunes, con
los detalles y la precisión necesaria, la verdad de lo ocurrido en la Cumbre.

Fidel Castro Ruz
Diciembre 19 de 2009

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