domingo, 31 de octubre de 2010

El imperio y el derecho a la vida de los seres humanos

¡Qué bárbaros!, exclamé cuando leí hasta la última línea de las revelaciones del famoso periodista Seymour Hersh, publicadas en Democracy Now y recogidas como una de las 25 noticias más censuradas en Estados Unidos.

El material se titula “Los crímenes de guerra del general de Estados Unidos Stanley McChrystal” y fue incluido en el Proyecto Censurado, elaborado por una universidad de California, que incluye los párrafos esenciales de aquellas revelaciones.

“El teniente general Stanley McChrystal, nombrado comandante responsable de la guerra en Afganistán por Obama en mayo de 2009, fue antes jefe del Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC, por su sigla en inglés), dependiente de Dick Cheney [el vicepresidente de George W. Bush]. La mayor parte de la carrera militar de 33 años del general McChrystal se mantiene clasificada [o sea, secreta], incluyendo sus servicios entre 2003 y 2008 como comandante del JSOC, unidad de élite tan clandestina, que por años el Pentágono rehusó reconocer su existencia. El JSOC es una unidad especial de ‘operaciones negras’ [asesinatos] de la Navy Seals (Fuerzas Especiales de la Marina de Guerra) y Delta Force [Fuerza Delta, soldados secretos del ejército para operaciones especiales, que formalmente se llama ‘Destacamento-Delta Operacional de Fuerzas Especiales (SFOD-D), mientras el Pentágono la nombra como Grupo de Aplicaciones de Combate, CAG].

“El ganador del premio Pulitzer de periodismo Seymour Hersh reveló que la administración Bush operó un anillo ejecutivo de asesinatos que dependía directamente del vicepresidente Dick Cheney y que el Congreso nunca sintió ninguna inquietud por indagar. Equipos del JSOC viajaban a diferentes países, sin siquiera hablar con el Embajador ni el Jefe de la Estación CIA, con una lista de gente que buscaban, encontraban, mataban y se iban. Había una lista vigente de gente marcada como blanco, elaborada por la oficina del vicepresidente Cheney. [...] Hubo asesinatos en docenas de países del Oriente Medio y en América Latina, afirmó Hersh. ‘Existe un decreto ejecutivo, firmado por el presidente Ford en los años 70, prohibiendo tales acciones. Esto no sólo contraría: es ilegal, es inmoral, es contraproducente’, añadió.

“El JSOC también estuvo implicado en crímenes de guerra, incluyendo tortura de presos en sitios secretos ‘fantasmas’ (ghost) de detención. El Campo Nama en Iraq, operado por el JSOC bajo McChrystal, fue una de tales instalaciones ‘fantasmas’, ocultada al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y acusada de algunos de los peores actos de tortura.”

Oficialmente instalaron al Mayor General en Fort Braga, Carolina del Norte, pero era “un visitante frecuente del Campo Nama y de otras bases de las fuerzas especiales en Iraq y Afganistán, donde tuvieron asiento las fuerzas bajo su comando”.

A continuación se aborda un punto de especial interés, cuando tales hechos entran en conflicto con funcionarios que, en el cumplimiento de sus funciones, eran obligados a cometer hechos que los enfrentaban abiertamente con las leyes e implicaban graves delitos.

“Un interrogador del Campo Nama describió que encerraban a los presos en contenedores de barcos por 24 horas en tiempo de calor extremo, luego los exponían al frío extremo mojándolos periódicamente con agua helada, los bombardeaban con luces brillantes y música ruidosa, los privaban del sueño y les daban severas golpizas.”

De inmediato, se abordan las flagrantes violaciones de principios internacionales y convenios suscritos por Estados Unidos. Los lectores cubanos recordarán la historia narrada en los dos textos en que relato nuestras relaciones con la Cruz Roja Internacional, a la que devolvimos el alto número de prisioneros del ejército enemigo que cayeron en nuestras manos, durante la defensa de la Sierra Maestra y la contraofensiva estratégica posterior contra el ejército de Cuba, entrenado y abastecido por Estados Unidos. Jamás un prisionero fue maltratado, y ninguno de los heridos dejó de ser atendido de inmediato. Esa misma institución, radicada en Suiza, podría dar fe de aquellos hechos.

“El Comité Internacional de la Cruz Roja es el cuerpo encargado, por el Derecho Internacional, de supervisar el cumplimiento de los Convenios de Ginebra y, por lo tanto, tiene derecho a examinar todas las instalaciones donde se mantengan los prisioneros de cualquier país en guerra o bajo ocupación militar.”

“En la explicación de por qué ningún otro medio de prensa había cubierto esta historia, Hersh expresó: ‘Mis colegas en la prensa acreditada a menudo no la siguen, no porque no quieran, sino porque no saben a quién llamar. Si estoy escribiendo algo sobre el Comando Conjunto de Operaciones Especiales, que aparentemente es una unidad clasificada, ¿cómo la van a descubrir? El gobierno les dirá que todo lo que escribo es incorrecto o que eso no pueden comentarlo. Es fácil quedar desempleado por esas historias. Pienso que la relación con el JSOC está cambiando bajo Obama. Ahora hay más control’.”

“…la decisión de la administración Obama de designar al general McChrystal como nuevo comandante responsable de la guerra en Afganistán y la prolongación de la jurisdicción militar para los detenidos de EEUU en su guerra al terrorismo, encerrados en la prisión de Bahía de Guantánamo, desafortunadamente son ejemplos de cómo la administración Obama continúa siguiendo los pasos de Bush.”“Rock Creek Free Press divulgó en junio 2010 que Seymour Hersh, interviniendo en la Conferencia de Periodismo de Investigación Global en Ginebra, criticó en abril de 2010 al presidente Barack Obama y denunció que las fuerzas de EEUU están realizando ‘ejecuciones en el campo de batalla’.”

“‘Aquellos que capturamos en Afganistán se están ejecutando en el campo de batalla’, afirmó Hersh.”

Al llegar a este punto, la narración entra en contacto con una realidad sumamente actual: la continuidad de una política por el Presidente que sucedió al delirante W. Bush, inventor de la guerra desatada para apoderarse de los recursos gasíferos y petroleros más importantes del mundo en una región habitada por más de 2 500 millones de habitantes, en virtud de actos cometidos contra el pueblo de Estados Unidos por una organización de hombres que fueron reclutados y armados por la CIA para luchar en Afganistán contra los soldados soviéticos, y que continúa disfrutando del apoyo de los más estrechos aliados de Estados Unidos.

La compleja e impredecible zona cuyos recursos se disputan, va desde Iraq y el Oriente Medio hasta los remotos límites de la región China de Xinjiang, pasando por Iraq, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Irán, y las antiguas repúblicas soviéticas de Turkmenistán, Uzbekistán, Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán, capaces de abastecer de gas y petróleo a la creciente economía de la República Popular China y la industrializada Europa. La población de Afganistán, así como una parte de Pakistán, país de 170 millones de habitantes y poseedor de armas nucleares, es víctima de los ataques de aviones sin piloto yankis que masacran a la población civil.

Entre las 25 noticias más censuradas por los grandes medios, seleccionadas por la Universidad Sonoma State de California -tal como lo viene haciendo hace 34 años-, una de ellas, correspondiente al período 2009 2010, fue “Crímenes de guerra del general Stanley McChrystal”; y otras dos se relacionan con nuestra isla: “Medios ignoraron ayuda médica de Cuba en terremoto de Haití” y “Todavía brutalizan a los presos en Guantánamo”. Una cuarta afirma: “Obama reduce el gasto social y aumenta el militar”.

Nuestro Ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, fue responsable político de la Misión Médica Cubana enviada a Pakistán cuando un destructor terremoto golpeó fuertemente la ruda naturaleza del nordeste de ese país, donde extensas áreas habitadas por la misma etnia, con igual cultura y tradiciones, fueron arbitrariamente divididas por el colonialismo inglés en países que después cayeron bajo la égida yanki.

En su discurso de ayer 26 de octubre, en el seno de la ONU, demostró cuán excelentemente bien informado está de la situación internacional en nuestro complejo mundo.

Su brillante alegato de ayer y la Resolución aprobada por esa institución, por su trascendencia, requiere una Reflexión que me propongo elaborar.

 

Fidel Castro Ruz

Octubre 27 de 2010

9 y 16 p.m.


martes, 12 de octubre de 2010

El imperio por dentro (3 parte)

“CAPÍTULO 15

“El Almirante  Mullen compareció ante el Comité de Servicios Armados del Senado para su audiencia de confirmación con vista a un segundo mandato de dos años, dos días después de la primera sesión dedicada a la estrategia.  En su alegato el Almirante se refiere a la estrategia sugerida por McChrystal y añade que esto ‘probablemente signifique más tropas’.

“Cuando Obama supo del testimonio de Mullen, le hizo saber a su equipo cuán descontento se sentía al saber que Mullen públicamente estaba apoyando la estrategia de McChrystal. El Almirante declaró que ‘el talibán había crecido tanto en tamaño como en complejidad’, y que por eso apoyaba los esfuerzos encaminados hacia una contrainsurgencia con los recursos adecuados. ¿Acaso el Almirante ignoraba lo que Obama había dicho apenas dos días antes? ¿No le había dicho el Presidente  a todos los presentes, Mullen incluido, que ninguna de las opciones parecía adecuada, que era necesario que ellos desafiaran sus propias presunciones y que iban a tener cuatro o cinco sesiones de debate sobre este asunto? ¿Qué era lo que estaba haciendo el principal asesor militar del Presidente al informar públicamente estas conclusiones preliminares?

“En la reunión de los principales del Consejo de Seguridad Nacional se evidenciaba que estaban furiosos.  Los Generales y Almirantes constantemente le están cerrando el paso al Presidente.

“Emmanuel comentó que lo que se movía entre el Almirante y Petraeus no era correcto, que todo el mundo había apoyado públicamente la noción de que hacía falta enviar más tropas. El Presidente ni siquiera había tenido una oportunidad.

“Morrell opinaba que Mullen podía haber evitado la controversia en su audiencia, simplemente diciendo que su función era la de asesor militar principal del Presidente de los Estados Unidos y del secretario de Defensa, y que debía darles sus recomendaciones a ellos primero en privado antes de anunciarlas públicamente y que no consideraba adecuado compartirlas antes con el Comité.

“Morrell pensaba que todo era parte de la compulsión que sentía Mullen por comunicar, fortalecer la prominencia y la estatura de su posición.  Tenía una página en Facebook, una cuenta en Twitter, videos en YouTube y un sitio web llamado ‘Los viajes con Mullen: una conversación con el país’.

“El propio Mullen al salir al lobby descubrió que él mismo era el tema de  una acalorada controversia.

“Emmanuel y Donilon le preguntaron: ¿Cómo se supone que nosotros enfrentemos este asunto? Tú has dicho esto,  y ¿qué debemos decir nosotros?

“Emmanuel agregó que esta noticia iba a hacer titulares en todos los noticieros nocturnos.

“Mullen quedó sorprendido.  La Casa Blanca sabía de antemano lo que él iba a decir, pero en su testimonio no había dado cifras específicas de tropas.  Fue tan amorfo como pudo.  Pero en su audiencia de confirmación él tenía que decir la verdad y la verdad era que él compartía la noción de la necesidad de una contrainsurgencia. ‘Eso es lo que yo pienso’, dijo. ¿Cuál era su alternativa?

“Donilon se preguntaba por qué Mullen había tenido que usar la palabra ‘probablemente’, y por qué no había dicho ‘no sé’. Eso hubiera sido mejor.

“El titular de la primera página de The Washington Post de la mañana siguiente rezaba: ‘Mullen: ‘Probablemente’ se necesiten más tropas’.

“Obama convocó al General retirado Collin Powell a una reunión privada en la Oficina Oval el 16 de septiembre. Siendo Republicano, Powell le había dado un fuerte apoyo a Obama durante su campaña.

“Refiriéndose a Afganistán, Powell le comentó que no se trataba de una decisión que se tomaba una sola vez, que ésta era una decisión que iba a tener consecuencias para una gran parte de su gobierno. Le recomendó: ‘Sr. Presidente, no se deje presionar por la izquierda que quiere que usted no haga nada. No se deje presionar por la derecha que quiere que usted lo haga todo. Tómese su tiempo y decida usted mismo.’

“Y también le recomendó que no se dejara presionar por los medios de prensa, que se tomara su tiempo, que recopilara toda la información que necesitara para garantizar que después se iba a sentir cómodo con la decisión tomada.

“Si usted decide enviar más tropas, o si eso es lo que usted piensa es necesario hacer, asegúrese de comprender bien qué es lo que van a hacer esas tropas y trate de tener alguna certeza de que el envío de tropas adicionales va a redundar en un éxito. Usted no puede garantizar el éxito en un teatro de operaciones tan complejo como el de Afganistán, que se complica cada vez más con el problema de Pakistán al lado.

“‘Usted tiene que garantizar que la base de este compromiso suyo va a ser sólida, porque en estos momentos es un poco suave’ dijo Powell, refiriéndose a Karzai y a la corrupción generalizada que existe en su gobierno.

“El Presidente no apoyaba plenamente una operación de contrainsurgencia, porque eso significaba asumir la responsabilidad de Afganistán por un largo período de tiempo.

“El Presidente dijo que cuando se recibiera la valoración hecha por McChrystal, era evidente que todo el mundo tenía que reunirse en un salón a fin de garantizar que todo el mundo estuviese cantando a partir del mismo cantoral.

“CAPÍTULO 16

“El 29 de septiembre Jones convocó a los principales del Consejo de Seguridad Nacional para un debate de dos horas, a modo de ensayo para la reunión del día siguiente, sin la presencia del Presidente.

“Cualquiera que hubiese visto un video de la reunión probablemente se alarmaría.  Ocho años después de haber comenzado la guerra, aún se batallaba por definir cuáles eran los objetivos principales.

“Biden había escrito un memorando de seis páginas exclusivamente para el Presidente, cuestionando los informes de inteligencia sobre los talibanes.  Los informes presentaban al Talibán como el nuevo Al Qaeda.  Como los talibanes eran los que combatían contra los estadounidenses, se había hecho usual que los árabes, los uzbecos, los tayikos y los chechenios cruzaran hacia Afganistán para lo que ellos llamaban ‘el verano del yihad’.

“Biden indicó que estas cifras eran exageradas, que el número de combatientes extranjeros no sobrepasaba los 50 o los 75 cada vez.

“El miércoles 30 de septiembre el Presidente  celebró la segunda reunión para analizar el problema de Afganistán y Pakistán.  Esta vez el grupo de asistentes era mayor. Petraeus estaba presente.

“El Presidente preguntó: ‘¿Hay alguien aquí que piense que debemos irnos de Afganistán?’ Todos quedaron en silencio.  Nadie dijo nada.

“‘Bien’, dijo el Presidente, ‘ahora que podemos prescindir de eso, continuemos.’

“Obama también quería alejarse del tema de Afganistán durante el resto de la sesión.

“‘Comencemos por lo que nos interesa, que es realmente Pakistán, no Afganistán’, dijo.  ‘De hecho, si quieren, les pueden decir a los líderes pakistaníes que no nos vamos a ir de Afganistán.’

“Obama estableció las reglas para el resto de la sesión. ‘Realmente quiero centrarme en los Estados Unidos. Considero que existen tres objetivos claves.  Uno de ellos es proteger a los Estados Unidos, a sus aliados y a sus intereses en el extranjero. Dos, la preocupación acerca de la estabilidad y las armas nucleares en manos de Pakistán. Y si estoy centrando mi atención en los Estados Unidos, ¿existe acaso alguna diferencia entre los peligros que emanan de Al Qaeda o del Talibán?’

“Lavoy y Petraeus hicieron sus intervenciones.  MacChrystal  hizo una presentación sobre lo que él llamaba ‘El Camino’ hacia su valoración inicial.

“Obama expresó: ‘Bien, ustedes han hecho su trabajo, pero hay tres nuevos acontecimientos: los pakistaníes se están comportando mejor; la situación en Afganistán es mucho más seria que lo que anticipábamos; y las elecciones afganas no dieron como resultado el punto de viraje que esperábamos -un gobierno más legítimo.’

“Biden favorecía el presupuesto, impugnado por el Presidente, de que Pakistán evolucionaría de la misma forma que evolucionaría Afganistán.

“Robert Gates proponía tener en cuenta los intereses en el exterior y los aliados.

“Hacia el final de la reunión Hillary preguntó de qué forma se utilizarían las tropas adicionales, a dónde irían, si iban en calidad de asesores, y cómo se aplicarían las lecciones aprendidas en Irak.

“Los análisis de inteligencia al más alto nivel nunca fueron concluyentes acerca de una acción en Afganistán en estos momentos. Un Afganistán completamente desestabilizado tarde o temprano desestabilizaría a Pakistán. De modo que la interrogante ante el Presidente y su equipo era la siguiente: ¿Podían los Estados Unidos asumir ese riesgo?

“Gates se reunió con el embajador pakistaní, Haqqani, en los Estados Unidos. Tenía que hacerle llegar un mensaje explícito del Presidente: no nos íbamos de Afganistán. Haqqani se refirió a una larga lista de cosas que el ejército pakistaní necesitaba. El Congreso había aprobado un fondo de  400 millones de dólares en mayo para mejorar el arsenal de la contrainsurgencia.  Haqqani abordó el problema de los 1 600 millones que los Estados Unidos le debían al ejército de Pakistán por permitirle llevar a cabo operaciones militares a lo largo de la frontera. Después del 11 de septiembre, los Estados Unidos habían creado una cuenta de gastos a favor de Pakistán y de otros países, llamada Fondo de Apoyo a la Coalición, con la cual se les reembolsaba a los aliados por la ayuda prestada.

“CAPÍTULO 17

“Obama se reúne con un grupo bipartidista de aproximadamente 30 líderes del Congreso con el fin de darles una información actualizada sobre  la revisión de la estrategia.

“Varios legisladores criticaban el enfoque de Biden que defendía una ofensiva antiterrorista. Lo interpretaban como una forma de reducir la presencia de los Estados Unidos.

“Biden aclaró que no estaba defendiendo una política que implicara una operación realizada sólo con el uso de Tropas Especiales.

“El Presidente tuvo que aclarar que nadie estaba hablando de abandonar Afganistán.

“McCain dijo que sólo esperaba que la decisión no fuese tomada a la ligera y que respetaba el hecho de que la decisión la debía tomar Obama como Comandante  en Jefe.

“Obama le respondió: ‘le aseguro que no estoy tomando ninguna decisión a la ligera. Y usted tiene toda la razón. La decisión la tengo que tomar yo y yo soy el Comandante en Jefe’.

“Obama continuó diciendo: ‘nadie siente tanta urgencia en tomar esta decisión -y hacerlo de la manera correcta- como yo.’

“Ese mismo día a las 3:30 de la tarde Obama volvió a reunir a su equipo para analizar la situación de Pakistán

“El consenso dentro de la comunidad de inteligencia era que la situación en Afganistán no se iba a resolver si no había relaciones estables entre la India y Pakistán.

“Mullen apuntaba que  los programas de colaboración entre los ejércitos de los Estados Unidos y Pakistán habían ascendido a  casi 2 000 millones al año, por concepto de equipamiento, entrenamiento y otras empresas.

“Hubo sugerencias de abrir nuevas instalaciones en Pakistán con el fin de infiltrar fuentes de información en las tribus e incluir a asesores militares estadounidenses en las unidades pakistaníes.

“Obama aprobó todas las acciones en el terreno.  Era inusual recibir una orden inmediata del Presidente, pues hasta el momento en las sesiones de trabajo se hablaba mucho y no se tomaban decisiones.

“CAPÍTULO 18

“Por fin McChrystal tenía la oportunidad de presentar su opción para el incremento de tropas sólo ante los principales (Obama no estaba presente) el 8 de octubre.

“La esencia de su exposición, con 14 diapositivas, era que  las condiciones en Afganistán eran mucho peor que lo que se pensaba, y que sólo una ofensiva contrainsurgente que contara con plenos recursos podía remediar la situación.

“Jones dijo que había preguntas aún sin responder, y anotó en su libreta que  era imposible  poner en práctica cualquier estrategia para Afganistán que no abordara el problema de los santuarios en Pakistán.

“McChrystal planteaba tres opciones:

“1.   de 10 000 a 11 000 efectivos para entrenar a las        fuerzas de seguridad afganas.

“2.   40 000 efectivos para proteger a la población.

“3.   85 000 efectivos para el mismo propósito.

“McChrystal aclaró que el objetivo en este caso no era derrotar al talibán sino degradarlo, o sea, impedir que volviesen a tomar el control de partes claves del país.

“Hillary  preguntó si era posible llevar a cabo la misión de degradación con un menor número de tropas, y el General le respondió que no, que él abogaba por los      40 000 efectivos.

“Al día siguiente Obama despertó con la noticia de que le habían otorgado el Premio Nobel de la Paz.

“Esa misma tarde a las 2:30 el Consejo de Seguridad Nacional en pleno tendría una sesión de trabajo con el Presidente.  Éste comenzó la reunión pidiéndoles a todos que le dijeran qué debía hacerse con la guerra.

“Lavoy comenzó hablando sobre Pakistán y su obsesión con la India, y que los pakistaníes tenían reservas acerca del compromiso de los estadounidenses.

“McChrystal  dijo que a menos que la misión cambiara, él presentaba las mismas opciones.

“Eikenberry resumió en 10 minutos sus opiniones, que eran bastante pesimistas. Coincidía con el hecho de que la situación se estaba deteriorando y que era necesario enviar más recursos, pero pensaba que la ofensiva contrainsurgente era muy ambiciosa.

“Gates recordó que todos se habían abrazado a sólo tres opciones:

“1.  Contrainsurgencia, es decir, construcción de la               nación.

“2.  Antiterrorismo, que muchas personas piensan se        trata de misiles lanzados desde un buque en el               océano.

“3.  Antiterrorismo plus, la estrategia propuesta por el        vicepresidente.

“Pero evidentemente había más opciones y no sólo estas tres. Gates agregó que era necesario redefinir el objetivo y que probablemente los Estados Unidos estaban tratando de lograr más que lo que se podía alcanzar.

“Petraeus concluyó: ‘Nosotros no vamos a destruir al Talibán, pero necesitamos negarle el acceso a  zonas pobladas y líneas de comunicación claves para contenerlos.’

“Biden preguntó: ‘¿Cual sería el mejor estimado de tiempo para que las cosas marchen en la dirección correcta? Si dentro de un año no hay un progreso palpable, ¿qué hacemos?’

“No hubo respuesta.

“Biden insistió: ‘Si el gobierno mejora y ustedes reciben las tropas, ¿cuál sería el impacto?’

“Eikenberry respondió que si bien los últimos cinco años  no habían sido muy esperanzadores, había habido pequeños progresos, y que se podía capitalizar en ellos, pero que no se debían esperar avances significativos en los próximos seis a doce meses.

“CAPÍTULO 19

“Le tocaba el turno a Hillary en la reunión del 9 de octubre. Hillary dijo que el dilema era decidir qué era lo primero, si más tropas o un mejor gobierno; que para  evitar el colapso se necesitaban más tropas, pero que ello no garantizaba el progreso.

“Preguntó si era posible el logro de los objetivos en Afganistán y Pakistán sin el compromiso de enviar más tropas. Ella misma respondió que la única forma de lograr que el gobierno cambiase era enviando más tropas, pero que aún así no había garantías de que esto diera resultado.

“Añadió que todas las opciones eran difíciles e insatisfactorias y agregó: ‘Nosotros sí tenemos un interés de seguridad nacional en garantizar que  el Talibán no nos derrote. Lo mismo ocurre con la destrucción de Al Qaeda, que sería difícil sin Afganistán. Es una opción extremadamente difícil, pero las opciones son limitadas, a menos que nos comprometamos  y obtengamos una ventaja psicológica.’

“Mullen se hizo eco de otros comentarios de línea dura.  Dennis Blair sugirió que la política interna podía ser un problema por el número de bajas, pues el mes anterior la cifra había ascendido a 40, el doble de la del año anterior. Él se preguntaba si valdría la pena.  La respuesta era que el pueblo lo iba a apoyar en tanto creyera que había logros.

“‘Por primera vez el Presidente tendría una estrategia elaborada por el gabinete de guerra en pleno, y podremos decirle al pueblo de los Estados Unidos lo que estamos haciendo’, dijo.

“Panetta opinaba lo siguiente: ‘Usted no se puede ir.  No puede derrotar al Talibán.’ ‘Ellos no estaban hablando de la posibilidad de implantar una democracia al estilo de la de Jefferson en Afganistán’, decía Panetta, quien consideraba que ésta era la base para reducir la misión de los Estados Unidos y aceptar a Karzai a pesar de sus defectos. Según Panetta, la misión era luchar contra Al Qaeda y garantizar que no existieran santuarios.  Era necesario trabajar con Karzai.

“Susan Rice dijo no haber tomado aún una decisión, pero que pensaba era necesario reforzar la seguridad en Afganistán para derrotar a Al Qaeda.

“Holbrooke dijo que se necesitaban más tropas; la cuestión era saber cuántas y cómo utilizarlas.

“John Brennan preguntaba qué era lo que se trataba de lograr, pues las decisiones en materia de seguridad que se adoptaran aquí serían aplicadas también en otras regiones. Si se tratara de un gobierno no corrupto, que prestara servicios a toda la población, eso no se iba a lograr mientras él estuviese vivo.  ‘Es por eso’, decía él, ‘que las palabras ‘éxito’, ‘victoria’ y ‘ganar’ complican nuestra tarea.’

“Habían transcurrido ya dos horas y media. El Presidente dijo que esas reuniones habían dado como resultado una definición útil del problema, que estaba emergiendo una nueva definición.

“‘Esto no lo vamos a resolver hoy’, dijo Obama. ‘Ya hemos reconocido que no podremos derrotar completamente al Talibán.’

“Obama dijo que si aprobaba el envío de 40 000 tropas, eso no bastaría para una estrategia de contrainsurgencia que cubriera a todo el país.

“Obama preguntaba si era posible llevar a los afganos al punto de que les permitieran a los Estados Unidos retirarse en un período de dos, tres, cuatro años.

“‘No podemos mantener un compromiso por tiempo indefinido en los Estados Unidos’, dijo Obama. ‘No podremos mantener el apoyo interno y el de nuestros aliados sin dar ninguna explicación que incluya los límites de tiempo.’

“Holbrooke regresó a su oficina en el Departamento de Estado, donde el personal se quejaba de que se mantenían despiertos toda la noche redactando análisis que nadie se leía.

“Holbrooke respondió que la persona a la cual estaban dirigidos sí se los leía.  Que las noches en vela no habían sido en vano y que debían preparar un nuevo paquete de informes para el Presidente.” Así concluye la síntesis de los capítulos 15 al 19, de los 33 que contiene “Las guerras de Obama”.

Ayer se anunciaba la publicación, casi simultánea, de otro libro, “Conversando conmigo mismo”, con prólogo de Barack Obama. Pero esta vez la edición verá la luz en 20 idiomas. Según se afirma, contiene cartas y documentos importantes de la vida de su autor: nuestro conocido y estimado amigo Nelson Mandela.

En los años finales de su cruel encierro, Estados Unidos convirtió el siniestro régimen del apartheid en potencia nuclear, suministrándole más de media docena de bombas nucleares, destinadas a golpear las fuerzas internacionalistas cubanas, para impedir su avance en el territorio ocupado por Sudáfrica en Namibia. La aplastante derrota del ejército del apartheid en el Sur de Angola dio al traste con el infame sistema.

Nuestros representantes en España prometieron adquirir y enviar de inmediato ejemplares del libro, cuyo lanzamiento estaba anunciado para hoy 12 de octubre. Pero casi a las seis de la tarde nada se sabía todavía, porque era feriado en España y las librerías no vendían. Se cumplía el 518 aniversario del día en que nos descubrieron y España se convirtió en imperio.

Prosigue mañana.

 

Fidel Castro Ruz

Octubre 12 de 2010

7 y 12 p.m.

El imperio por dentro (1 y 2 partes)

Me asombra la ignorancia generalizada en torno a problemas vitales para la existencia de la humanidad, en una época en que esta cuenta con fabulosos medios de comunicación que no eran siquiera imaginables hace 100 años, algunos tan recientes como Internet.

Hace apenas tres semanas se publicó la noticia de la pronta distribución de un espectacular libro de Bob Woodward, periodista de The Washington Post, cuyos artículos compartidos con Carl Bernstein, hace 38 años, dieron al traste con el gobierno de Nixon por actos de espionaje contra el Partido Demócrata en junio de 1972, que originaron el escándalo de Watergate, por violaciones de leyes que la sociedad norteamericana no podía darse el lujo de ignorar.

Me comuniqué con nuestro “embajador en Washington”, como yo califico a Jorge Bolaños, jefe de la Oficina de Intereses de Cuba en la capital de Estados Unidos, y le rogué me enviara por lo menos dos ejemplares del libro que se anunciaba cuando apareciera en las librerías. Bolaños envió cuatro ejemplares.

El texto, por supuesto, está en inglés; pasará -como es habitual- mucho tiempo antes de que más de 500 millones de personas en el mundo capaces de hablar o comprender el español, incluidos los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos, puedan leerlo en ese idioma.

Me comuniqué con una de nuestras mejores traductoras de inglés, rogándole un esfuerzo especial para sintetizar el contenido del mismo. El voluminoso ejemplar en ese idioma, titulado “Las guerras de Obama”, cuenta con 33 capítulos y 420 páginas.

Debo señalar que en sólo tres días me entregó una síntesis de los 33 capítulos, en 99 páginas con letra de 18 puntos.
Cumpliré el deber de transmitir el contenido de ese libro, utilizando textualmente las palabras diáfanas y precisas que me envió la especialista de nuestro servicio de traducción del idioma inglés. Emplearé para ello el espacio de las Reflexiones durante varios días.

No sería posible entender nada de la actual política de Estados Unidos si se ignora el contenido de ese libro de Woodward, quien es poseedor de más de un Premio Pulitzer; por supuesto, no tiene la más mínima intención de liquidar al imperio.
Nuestro país será el primero del mundo en conocer de forma articulada el contenido esencial de este libro. Como se conoce, en Cuba todos los ciudadanos poseen altos niveles de escolaridad y es el país con más alto índice de jóvenes matriculados en las universidades.

Nuestra principal fuerza no está en las armas; está en las ideas.

“CAPÍTULO 1:

“Dos días después de resultar electo Presidente, Obama convoca al director nacional de inteligencia, Mike McConnell, para una reunión en Chicago con el objetivo de conocer detalles sobre las más secretas operaciones de inteligencia del amplio sistema de espionaje de los Estados Unidos. Otros funcionarios participarían del encuentro, pero McConnell aclaró que tenía orientaciones del ex presidente Bush de no revelar esta información relacionada con los espías, las nuevas técnicas de infiltración de Al Qaeda, las guerras en Irak y en Afganistán y la protección de la nación, a nadie más que no fuera el presidente electo.

“Michael J. Morell, jefe del Departamento de análisis de la CIA, y McConnell se sentaron a solas con Obama en un cuarto de seguridad. Se le informó, entre otros temas, que la principal amenaza para los Estados Unidos provenía de Pakistán, y que ésta era la prioridad No. 1 de la DNI. Si los Estados Unidos se retiraban, la India y Pakistán llenarían el vacío de poder en Afganistán. Lo mejor era que Obama buscara la paz entre estos dos países. Bush había ordenado los ataques de aviones no tripulados contra los campamentos en Pakistán e instruyó que se le notificara a este país de manera “concurrente”, es decir, mientras se producía el ataque o, para mayor seguridad, unos minutos después.”

Recomendamos a los lectores ir reteniendo los nombres de cada una de las personalidades mencionadas, así como las teorías elaboradas para justificar los hechos increíbles que llevan a cabo.

“Al Qaeda reclutaba a personas de 35 países cuyos pasaportes no necesitaban visa para entrar en los Estados Unidos, y eso era una gran preocupación. A Obama se le informaron las palabras claves para los ataques de los aviones no tripulados (SYLVAN-MAGNOLIA), sólo conocidas por las personas con el más alto nivel de acceso a los temas de seguridad, entre las cuales se encontraba ahora el nuevo presidente.

“Los principales éxitos provenían de las fuentes humanas, los espías en el terreno, que le indicaban a la CIA hacia dónde mirar, a dónde ir de cacería y dónde matar. Los espías eran los verdaderos secretos que Obama llevaría consigo de ahora en lo adelante. La CIA era muy cuidadosa con sus fuentes.

“Cada una tenía un nombre en clave, como, por ejemplo, MOONRISE. Cuando demasiadas personas sabían de él o ella o de sus éxitos, se le liquidaba. El oficial al frente del caso informaba que MOONRISE había hecho el sacrificio máximo, pero la persona en cuestión no había muerto realmente. Sólo su código cambiaba, y ahora la CIA tendría otra fuente llamada SOOTHING STAR, la misma persona con un nuevo nombre.

“Un secreto importante que nunca había sido reportado en los medios ni en ninguna otra parte era la existencia de un ejército encubierto de 3 000 hombres en Afganistán, cuyo objetivo era matar o capturar a los talibanes y en ocasiones adentrarse en las zonas tribales para pacificarlas y obtener apoyo.

“McConnell y Morell se refirieron al programa nuclear iraní. Se sabía que ellos trataban de obtener el arma nuclear y que había instalaciones ocultas. McConnell dijo estar seguro de que Irán obtendría un arma nuclear tipo fusil, probablemente primitiva, pero que pudieran detonarla en el desierto con un gran efecto y que en su opinión esto ocurriría entre el año 2010 y el 2015.

“Otra gran amenaza era Corea del Norte, que tenía suficiente material como para fabricar seis bombas. Los coreanos iban a conversar, iban a mentir, iban a amenazar con retirarse y después iban a tratar de renegociar.

“Los chinos habían pirateado las computadoras de la campaña de Obama en el verano de 2008 y también las de McCain, y habían sacado ficheros y documentos a una velocidad asombrosa. McConnell dijo que los Estados Unidos eran vulnerables a los ataques cibernéticos.”

De inmediato, el libro de Woodward refleja la primera reacción de Obama ante el enredo y la complejidad de la situación creada por la guerra antiterrorista desatada por Bush.

“Obama le comentó a uno de sus más cercanos asesores que había heredado un mundo que podía explotar en cualquier momento en más de 6 formas diferentes, y que contaba con medios poderosos pero limitados para evitarlo. Obama reconoció que, después de las elecciones, todos los problemas del mundo eran vistos como su propia responsabilidad y que las personas decían: ‘Usted es la persona más poderosa del mundo. ¿Por qué no hace usted algo al respecto?’

“CAPÍTULO 2

“John Podesta, ex jefe de gabinete de Bill Clinton, estaba convencido de que la política debía diseñarse, organizarse y monitorearse a través de un sistema centralizado en la Casa Blanca. Pero Obama tenía en mente a otro para el cargo: Rahm Emmanuel, quien se convirtió en el No. 3 de la Casa Blanca. Ambos eran de Chicago pero no se conocían bien.

“Obama, en su condición de candidato presidencial, le había dicho a David Petraeus en Irak que le pidiera todo cuanto él necesitara si finalmente se convertía en comandante en jefe del ejército. Obama estaba preparado para decir ‘no’ a lo que Bush había dicho ‘sí’.

“Petraeus casi redefinió el concepto de guerra en un nuevo manual de su autoría (Counterinsurgency Field Manual) que puso en práctica en Irak. Su idea principal era que los Estados Unidos no podían salirse de la guerra. Tenían que proteger y ganarse a la población, vivir entre ellos, para que un gobierno estable y competente pudiera prosperar. El nuevo soldado, según él, debía ser un trabajador social, un planificador físico, un antropólogo y un psicólogo.

“Petraeus tenía pocos hobbys (no pescaba, no cazaba, no jugaba golf). Podía pasar por un hombre de 35 años. Podía correr 5 millas en alrededor de 30 minutos. Obtuvo el grado de Doctor en la Universidad de Princeton. Su padre murió y él decidió permanecer en Irak para supervisar la guerra. Los iraquíes lo llaman el Rey David. Algunos de sus colegas lo llaman La Leyenda de Irak. Pero la presidencia de Obama iba a cambiar el estatus de Petraeus.

“CAPÍTULO 3

“El nuevo Director de la CIA, Mike Hayden, viaja a Nueva York para discutir con el Presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, sobre los ataques de los aviones no tripulados ‘Predator’ en el interior de ese país. La gran lección aprendida en la Segunda Guerra Mundial y en Viet Nam era que los ataques desde el aire, incluso los bombardeos masivos, no pueden ganar una guerra.

“Los medios de prensa pakistaníes se preocupaban por el número de víctimas civiles. Pero la muerte accidental de pakistaníes era sólo parte de la historia.

“En una reunión que sostuvo Hayden con el presidente pakistaní, este último le dijo: ‘Mate a los principales. Los daños colaterales les preocupan a ustedes, los estadounidenses. A mí no me preocupan’. Zardari le daba así luz verde a la CIA y Hayden agradeció su apoyo.

“En una de sus largas conversaciones, Obama abordó el tema de Hillary Clinton con David Axelrod, su principal asesor político y el más cercano a él. Éste le preguntaba a Obama cómo podía confiar en Hillary. Obama contestó. “Creo conocerla bien. Si es parte del equipo, va a sernos fiel”. Ella se mantuvo al lado de su esposo durante el escándalo de Mónica Lewinsky y Obama quedó impresionado por su resistencia. Él necesitaba a alguien con la estatura suficiente como para convertirse en un actor principal en la escena internacional.

“La Clinton no estaba convencida de que ese puesto sería para ella. No existía ninguna reserva de confianza entre el equipo de ella y el de él.

“Vinieron después los problemas con su esposo y los contribuyentes de fuertes sumas para su biblioteca presidencial, su fundación y la Iniciativa Global Clinton. Los abogados de Obama dijeron que estas empresas no podían aceptar dinero si Hillary era nombrada Secretaria de Estado. Ella reconocía que esto era un gran obstáculo pero que no enviaría a Bill a vivir en una cueva durante cuatro u ocho años. ‘No voy a decirle que cancele las operaciones que tiene en 26 países y que están salvando vidas’, dijo ella. ‘No vale la pena’. Podesta le prometió que trabajarían en eso.

“Se preparó un discurso donde ella le daba las gracias a Obama, por teléfono, por haberla tenido en cuenta para el cargo, pero Podesta se encargó de que ambos no pudieran conectarse.

“El ‘no’ de Hillary se transformaba en un ‘quizás’. Marke Penn, el principal estratega de su campaña, pensaba que si se mantenía en el Departamento de Estado durante ocho años, estaría en la mejor posición para nominarse como Presidenta nuevamente. Sólo tendría 69 años, la misma edad de Reagan cuando asumió el poder.”

“CAPÍTULO 4

“James L. Jones, un General retirado, consideraba que el gobierno de Bush era asombrosamente desorganizado y penosamente poco serio en lo que respecta a la paz en el Medio Oriente. Jones dijo que el Consejo de Seguridad de Bush carecía de personal y era disfuncional, y que el asesor para la seguridad nacional tenía que aplicar medidas para garantizar un avance razonable en el logro de los objetivos.

“Un sector demasiado amplio de la política estaba en el módulo de piloto automático, y el asesor de seguridad nacional tenía que encontrar la forma de lograr resultados sin tener que controlar al detalle lo que los diferentes departamentos y agencias debían hacer. Obama preguntaba cómo se debía lograr eso. Convenza a sus subordinados de que la visión de ellos es la suya, le recomendaba Jones. [...] Obama decidió que Jones fuera su asesor para la seguridad nacional.”

“Jones se sorprendió de que Obama lo nombrara para este cargo de tanta responsabilidad y que confiara en alguien que apenas conocía. Jones pensaba que todo se basaba en las relaciones personales, y él no mantenía tales relaciones con Obama.”

“El 26 de noviembre Bush convocó una de las últimas reuniones del Consejo de Seguridad Nacional para analizar un informe muy secreto sobre la guerra en Afganistán, elaborado por el teniente general del Ejército Douglas Lute, conocido como el Zar de la Guerra. El informe concluyó diciendo que los Estados Unidos no podrían mantenerse en Afganistán a menos que se resolvieran tres grandes problemas: mejorar la gobernabilidad, disminuir la corrupción y eliminar los santuarios de los talibanes en Afganistán.”

Viene ahora otro sorprendente episodio, tras el cual estaba la mano del gobierno de Estados Unidos, demostrando el riesgo del que nos habló hipotéticamente el autor de la teoría del “Invierno Nuclear”. Bastaría -nos dijo- una guerra entre Paquistán y la India, los dos países que menos armas atómicas poseen en el Grupo de los 8 que pertenecen al “Club Nuclear”. Lo que se revela en el libro “Las guerras de Obama”, demuestra que cualquier irresponsabilidad de la política de Estados Unidos puede conducir a la catástrofe.

“Condoleezza Rice no se sintió complacida con el informe. Bush decidió que no iba a hacerlo público. Posteriormente, 10 personas armadas comenzaron a merodear por la ciudad india de Bombay, creando un espectáculo de caos y violencia transmitido en vivo por la televisión durante 60 horas. Seis ciudadanos estadounidenses resultaron muertos. La operación fue organizada por un grupo conocido por la sigla LeT, que significa el Ejército de los Puros, y estaba siendo financiado por la agencia de inteligencia de Pakistán. Bush quería evitar tensiones entre la India y Pakistán. La base de su mandato era cero tolerancias para los terroristas y sus aliados. El FBI se horrorizó al ver que una operación de bajo costo con el uso de la alta tecnología había paralizado a la ciudad de Bombay. Las ciudades estadounidenses tenían el mismo grado de vulnerabilidad. Un funcionario del FBI expresó: ‘Bombay lo cambió todo.’

“CAPÍTULO 5

“Al asumir el cargo como director de la CIA, Hayden había heredado una organización que, según él, padecía del ‘síndrome del niño golpeado’.

“Obama lo había convocado para una reunión de información sobre las operaciones encubiertas. Hayden consideró que ésta era la oportunidad de probar cuán graves eran las amenazas y cuán seriamente se las tomaba la CIA. Se refirió a 14 operaciones altamente secretas, cuyo objetivo era llevar a cabo operaciones clandestinas y letales contra el terrorismo, impedir que Irán desarrollara armas nucleares, disuadir a Corea del Norte de no fabricar más armas nucleares, llevar a cabo operaciones contra la proliferación en otros países, operar de manera independiente o en apoyo a los Estados Unidos en Afganistán, aplicar una serie de operaciones letales y otros programas en Irak, apoyar los esfuerzos clandestinos en aras de detener el genocidio en la región sudanesa de Darfur, brindarle a Turquía información de inteligencia para que impida que el Partido de los Trabajadores en el Kurdistán establezcan un enclave separatista dentro de Turquía.

“El 5 de enero de 2009 Hayden se entera, por un artículo publicado por la versión en línea del diario The Washington Post, que había sido sustituido como director de la CIA y en su lugar habían nombrado a Leon Panetta. Hayden consideraba que ser reemplazado por un político era una humillación personal. Panetta posee habilidades para construir relaciones personales. Hayden, en su encuentro con Panetta, le advierte: 1) Usted es el comandante de la nación en la guerra global contra el terrorismo; 2) Cuenta con el mejor personal del gobierno federal. 3) he leído algunos de sus artículos; no vuelva a utilizar las palabras CIA y tortura en el mismo párrafo. La tortura es una felonía. Puede no gustarte pero no digas nunca que hay tortura. Legalmente la CIA no ha torturado a nadie. McConnell le advirtió a Panetta: ‘Tienes que entender la batalla que vas a tener que librar con la CIA, porque ellos te ven como si fueras el enemigo.’

“CAPÍTULO 6

“Obama le pide a Biden que viaje a Afganistán y a Pakistán antes de su investidura como presidente y le pide que lleve a un Republicano. Lindsey Graham, de Carolina del Sur, es el seleccionado.

“Biden le dijo oficialmente al Presidente pakistaní cuál era la idea de Obama: Afganistán sería su guerra; en breve enviaría más tropas, pero para ello necesitaba trabajar de conjunto con Pakistán.

“Zardari por su parte reconoció no tener tanta experiencia como su difunta esposa, Benazir Bhutto, pero que su misión no era diferente, y necesitaba que los Estados Unidos le ayudaran a ganar un apoyo suficiente en el plano interno; que existía mucho anti-americanismo en el país…”

“Biden le advirtió que para ello era necesario que Zardari dejara de jugar en los dos bandos, pues la CIA pensaba que había mucha información de inteligencia que estaba siendo utilizada para alertar a los campamentos de los terroristas en contra de los ataques de los aviones no tripulados.

“Biden y Graham partieron hacia Kabul. Después de las elecciones de 2004 las relaciones de Karzai con los Estados Unidos se habían tornado muy volátiles. Con frecuencia criticaba a los estadounidenses por el número de víctimas civiles. Las evidencias de corrupción en su gobierno y en su familia exacerbaban las tensiones con los Estados Unidos.

“Biden le advirtió a Karzai que no estaba interesado en hacerle la vida difícil, pero que de él dependía en gran medida el éxito de los Estados Unidos.

“Karzai convocó a varios miembros de su gabinete para que le informasen directamente a Biden y a Graham lo que estaban haciendo. A Karzai se le dijo que Obama quería ayudar, pero que esa idea de levantar el teléfono y llamar al Presidente Obama, como él hacía con Bush, ya no iba a ocurrir más. Biden le criticó a Karzai su incapacidad de gobernar todo el país, su negativa a recorrer el país para crear consenso entre las diferentes tribus, las casas suntuosas de los funcionarios afganos cercanas al palacio presidencial, sin dudas pagadas por los Estados Unidos. ‘Usted es sólo el alcalde de Kabul’, le dijo Biden a Karzai.

“Karzai les criticó el alto número de víctimas civiles y Biden se comprometió a minimizarlas, pero le advirtió que tenía que estar con ellos en esta guerra; que si ésta no era una guerra para ellos, los Estados Unidos no enviarían más soldados. Karzai respondió que no estaba haciendo ninguna crítica, sino haciéndoles saber que existía un problema.

“Biden sugirió tratar el asunto en privado, no en una conferencia de prensa, y Karzai no estaba de acuerdo. Las víctimas civiles eran un problema público y Biden lo había denigrado ante los miembros de su gabinete. Karzai advirtió que el pueblo afgano no lo iba a tolerar; que los afganos debían ser sus aliados, no sus víctimas. El embajador William Word intervino para decir que la conversación había sido útil pero que demostraba que existían frustraciones de ambas partes.

“Biden se entrevistó con David McKiernan, el jefe de las tropas estadounidenses en Afganistán, quien le dijo que para ganar esa guerra era necesario el envío de los 30 000 efectivos aún pendientes desde el gobierno de Bush. Biden indagó acerca de Al Qaeda y David le respondió que no había visto ni un solo árabe en dos años allí. Ello confirmaba las sospechas de Biden: Al Qaeda, el motivo principal de esta guerra, era un problema pakistaní.

“Biden le recomendó a Obama tomar distancia con Karzai. Graham le confesó: ‘Sr. Presidente, estamos perdiendo esta guerra.’ Graham estaba convencido de que era imposible ganar la guerra en Afganistán si se perdía la guerra en Irak.

“CAPÍTULO 7

“La ceremonia de investidura de Obama el 20 de enero estuvo a punto de suspenderse. Información de inteligencia confiable indicaba que un grupo de extremistas somalíes planeaba atacar a Obama con explosivos. Sin embargo, toda la atención se concentraba en el discurso de Obama y en qué diría.

“El general Petraeus se encontraba nuevamente en Afganistán.

“Obama convocó una reunión de su grupo nacional de seguridad el 21 de enero. La decisión clave era nombrar a Petraeus al frente del Comando Central. Obama pidió que se le propusieran tres opciones acerca de la guerra en Irak. Ordenó que se hiciera un estudio en 60 días para saber ‘cómo íbamos a llegar a donde queríamos llegar’. Una de las opciones a tener en cuenta, a solicitud el Presidente, era el retiro de las tropas en un período de 16 meses.

“Un equipo de 80 personas comenzó a estudiar la situación de Afganistán. Se analizaron los interrogatorios a los prisioneros, los reportes del campo de batalla, los registros financieros, la propaganda y los comunicados emitidos por los talibanes.

“Al preguntar Petraeus qué se había encontrado, Derek Harvey, de la Agencia de Inteligencia para la Defensa, le respondió que la situación era como la de un ciego ayudando a caminar a otro ciego; que los Estados Unidos tenían un gran desconocimiento acerca de la insurgencia afgana, quién era el enemigo y dónde estaba, cómo veían ellos esta guerra y cuáles eran sus motivaciones. Se sabía demasiado poco acerca del enemigo como para trazar una estrategia que condujese a la victoria. Harvey trataba de revolucionar la obtención de información de inteligencia y se dedicó por entero a ello. Él era de la opinión de que la guerra podía ganarse, pero que el gobierno de los Estados Unidos iba a tener que hacer grandes compromisos durante muchos años; que quizás no iban a tener mucha aceptación entre los electores. ‘Yo creo que la guerra en Afganistán se puede hacer, pero no se puede vender’, expresó Harvey.

“Obama anunció que el envío de nuevos efectivos tendría que anunciarse como parte de una nueva estrategia. Petraeus indicó que los objetivos no se alcanzarían sin una mayor cantidad de tropas, que no se podía contar sólo con los ataques de los aviones no tripulados. Petraeus insistió en el envío de los 30 000 efectivos. Obama preguntó si era necesario enviar todas esas tropas a la vez, y advirtió que era necesario antes contar con una estrategia y que el Presidente necesitaba se le propusieran las decisiones a tomar. El Presidente parecía entender que esta guerra no se ganaría en uno o dos años. El Presidente abandonó la reunión para cumplir otros compromisos sin haber tomado ninguna decisión al respecto.”
Prosigue mañana.

Fidel Castro Ruz
Octubre 10 de 2010
6:00 p.m.

2 parte

En la Reflexión de ayer aparece un párrafo clave extraído del libro de Woodward: “Un secreto importante que nunca había sido reportado en los medios ni en ninguna otra parte era la existencia de un ejército encubierto de 3 000 hombres en Afganistán, cuyo objetivo era matar o capturar a los talibanes y en ocasiones adentrarse en las zonas tribales para pacificarlas y obtener apoyo.”

Tal ejército, creado y manejado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), entrenado y organizado como “fuerza especial”, ha sido integrado sobre bases tribales, sociales, antirreligiosas y antipatrióticas; su misión es el seguimiento y la eliminación física de guerrilleros talibanes y otros afganos, calificados como extremistas musulmanes. Nada tienen que ver con Al Qaeda y Bin Laden, un saudita reclutado y financiado por la CIA para luchar contra los soviéticos cuando sus tropas ocuparon Afganistán. Cuando el Vicepresidente Biden viajó a Kabul, a principios de 2009, David Mckiernan, jefe de las tropas de Estados Unidos en Afganistán, le dijo cuando este preguntó por Al Qaeda: “que no había visto ni un solo árabe en dos años allí”.

A pesar de la relativamente breve y efímera importancia que los principales medios internacionales de prensa dieron a “Las guerras de Obama”, estos, sin embargo, no dejaron de consignar esta reveladora noticia.

El gobierno de Estados Unidos estaba ante un problema insoluble. En una de las últimas reuniones del Consejo de Seguridad Nacional durante la presidencia de Bush, se aprobó un informe donde se afirmaba: “que los Estados Unidos no podrían mantenerse en Afganistán a menos que se resolvieran tres grandes problemas: mejorar la gobernabilidad, disminuir la corrupción y eliminar los santuarios de los talibanes…”

Podría añadirse que el problema es más grave si se toman en cuenta los compromisos políticos y militares de Estados Unidos con Pakistán, un país dotado de armas nucleares, cuya estabilidad en medio de tensos equilibrios de carácter étnico, había sido afectada por la aventurera guerra de Bush en Afganistán. Cientos de kilómetros de frontera montañosa, con poblaciones del mismo origen que están siendo atacadas y masacradas por aviones sin piloto, son compartidos por Pakistán y Afganistán. Las tropas de la OTAN, cuya moral decrece día por día, no podrán ganar esta guerra.

Sin enormes cantidades de combustible, alimentos y municiones, ningún ejército puede moverse. La propia lucha de los afganos y pakistaníes, de uno y otro lado de la frontera, ha descubierto el punto débil de las sofisticadas tropas de Estados Unidos y Europa. Las largas rutas de abastecimientos se están convirtiendo en cementerio de los enormes camiones y cisternas destinados a esa tarea. Los aviones sin piloto, las comunicaciones más modernas, las sofisticadas armas convencionales, radioeléctricas y hasta las nucleares, sobran.

Pero el problema es mucho más grave que lo que estas líneas  expresan.

Seguimos, sin embargo, adelante con la síntesis del espectacular libro de Woodward.

“CAPÍTULO 8

“Jack Keane, General retirado, muy cercano a Hillary Clinton, le advirtió que la estrategia seguida en Afganistán era incorrecta, que el elevado número de víctimas no iba a poner fin a la insurgencia, que esto tenía el efecto contrario, que la única salida era una ofensiva contrainsurgente intensiva para proteger a los afganos.  McKiernan no estaba interactuando con los gobernadores de las provincias. Keane le expresó que se recurría mucho a la lucha antiterrorista y la estrategia  contrainsurgente no marchaba a la par.

“Keane le propuso sustituir a McKiernan por el Teniente General Lloyd Austin III, segundo al mando en Irak; y también propuso a McChrystal, agregando que éste era, sin dudas, el mejor candidato.

“McChrystal había organizado buenas campañas antiterroristas en Irak, pero los éxitos tácticos no se traducían en victorias estratégicas. Es por ello que la contrainsurgencia era necesaria.

“CAPÍTULO 9

“En la audiencia de confirmación de Leon Panetta como Director de la CIA ante el Comité de Inteligencia del Senado, este afirmó que la Agencia ya no enviaría a los supuestos terroristas a otro país para que fuesen torturados, porque esto estaba prohibido según las órdenes ejecutivas del nuevo Presidente.  Él declaró que tenía la sospecha de que la CIA enviaba personas a otros países para que fuesen interrogadas utilizando técnicas que ‘violaban nuestras normas’.

“Hayden lo estaba observando por la televisión y se preguntaba, molesto, si Panetta había ignorado la conversación que ambos habían tenido el mes anterior. Hayden contactó a Jeff Smith, ex asesor general de la CIA, quien estaba ayudando en la transición entre Hayden y Panetta y le amenazó diciéndole: ‘O bien él retira lo dicho en su testimonio público mañana o tendremos el espectáculo donde el actual Director de la CIA le diga al futuro Director de la CIA que no sabe de lo que está hablando’. Hayden dijo que lo expresaría públicamente y que eso no iba a beneficiar a nadie. Al día siguiente fue el Senador Kit Bond, de Missouri, el jefe republicano del Comité de Inteligencia, quien le preguntó a Panetta si él se retractaba de lo que había dicho el día anterior y Panetta dijo que sí.

“Hayden posteriormente se reunió con Panetta y le dijo que había leído sus escritos, donde decía que el gobierno de Bush había seleccionado la mejor información de inteligencia para alegar la existencia de armas de destrucción masiva en Irak. Panetta había culpado de ello a una unidad especial del Pentágono creada por Rumsfeld. Panetta respondió que no era cierto, que había sido un error de ellos, y aceptó que se había producido en ese caso un catastrófico fallo de inteligencia en  la agencia de la cual iba a ser director.

“El 13 de febrero el presidente se reunió nuevamente con el Consejo de Seguridad Nacional para discutir cuatro opciones para el despliegue de tropas en Afganistán.

“1.  Decidir sólo después de definir una estrategia.

“2.  Enviar de inmediato a 17 000 efectivos.

“3.  Enviar los 17 000 pero en dos partes.

“4.  Enviar 27 000, con lo cual se daría cumplimiento a la        solicitud del General McKiernan.

“Clinton, Gates, Mullen y Petraeus apoyaron el envío de los 17 000 de inmediato.  Ésta también fue la recomendación de Jones. Richard Holbrooke, en un video de seguridad, advirtió que 44 años atrás el Presidente Johnson debatía lo mismo con sus asesores para el caso de Viet Nam. ‘No se puede olvidar la historia’, agregó.  Viet Nam nos había enseñado que las guerrillas ganan en una situación de impasse, y que por lo tanto él apoyaba el envío de los 17 000. Obama finalmente le notificó al Pentágono que había decidido enviar 17 000.

“CAPÍTULO 10

“El objetivo para el gobierno de Obama estaba claro: desmantelar y finalmente derrotar a Al Qaeda y sus aliados extremistas, sus estructuras de apoyo y sus santuarios en Pakistán, y evitar su regreso a Pakistán o Afganistán. Jones, Gates  y Mullen se preguntaban si podían confiar en los pakistaníes. Biden proponía reforzar las operaciones anti-terroristas y concentrarse en Al Qaeda y en Pakistán. Obama preguntó si el envío de      17 000 efectivos y posteriormente 4 000 más harían la diferencia y la respuesta fue que sí.  Obama preguntó cuánto costaría esta operación y la respuesta fue que no se sabía, que esto sólo era un estudio y que no se había hecho un cálculo del presupuesto, pero que el costo de colocar a un soldado estadounidense en Afganistán,  incluidos los pagos como veterano de guerra, el seguro de salud, el costo de la atención a sus familiares, la alimentación y el armamento, ascendía a aproximadamente 25 000 dólares al año.  El costo de un soldado afgano en el terreno ascendía a unos 12 000 dólares. Más tarde Obama confirmó que Pakistán sería el centro de cualquier nueva estrategia.

“En una reunión con el Consejo de Seguridad Nacional, Obama dijo que esperaba contar durante al menos dos años con el apoyo popular para su estrategia.  Biden expresó que la suerte estaba echada, aunque haciendo notar que disentía, pero aseguró que apoyaría la estrategia del presidente.

“CAPÍTULO 11

“Petraeus se mostraba preocupado.  Le preocupaba convertirse en la víctima de sus éxitos anteriores en Irak. Probablemente una contrainsurgencia no era la estrategia correcta en Afganistán, pero Petraeus le había asignado la tarea de estudiar el tema a un grupo de expertos en operaciones y actividades de inteligencia, quienes tenían una opinión contraria. Parecía que el Presidente no había aceptado sus argumentos a favor de una operación contrainsurgente.  El presidente anunció en un discurso su estrategia de desmantelar y derrotar a Al Qaeda.  Un editorial del diario The Washington Post elogió el plan con el siguiente titular: ‘El precio del Realismo’.  El discurso sorprendió a algunos.  El presidente personalmente le había hecho cambios al texto.  Obama no se había comprometido totalmente con el envío de todas las tropas solicitadas por el ejército.  Obama dijo que analizaría la cuestión nuevamente después de las elecciones en Afganistán.

“El Secretario de Defensa Gates parecía cómodo con la decisión: Dos días después declaró que no veía la necesidad de pedir más tropas o pedirle al Presidente que las aprobara hasta tanto no se viera el desempeño de las mismas.

“El Presidente de Pakistán se reunió con Obama en su oficina. Obama le dijo que no quería armar a Pakistán en contra de la India.  Reconoció que habían avanzado en Swat pero que el cese al fuego había provocado que los extremistas subvirtieran la legitimidad del gobierno pakistaní, y que el gobierno estuviera dando la impresión de que nadie estaba a cargo. Obama reconoció que Pakistán actuaba ahora con más decisión, lo cual se había hecho evidente por su actuación en Swat y por haber permitido que la CIA lanzara como promedio un ataque con aviones no tripulados cada tres días en el curso del mes anterior. Los pakistaníes habían lanzado una operación con 15 000 efectivos, una de las mayores hasta el momento, contra los talibanes.

“El jefe del Estado Mayor Conjunto se daba cuenta de que la solución del problema afgano estaba justo a la vista, merodeando por los pasillos del Pentágono.  McChrystal ya era una leyenda.  Había trabajado más que nadie, solucionando problemas y sin protestar. Cumplía a cabalidad todas las órdenes.  Gates finalmente anunció que McChrystal sería el nuevo comandante de las tropas en Afganistán.  ‘Nuestra misión allí’, dijo, ‘requiere nuevas ideas y nuevos enfoques por parte de nuestros jefes militares’. Posteriormente Obama expresó que él había estado de acuerdo con esta decisión porque confiaba en las opiniones de Gates y Mullen, pero que no había tenido la oportunidad de conversar personalmente con él.

“El 26 de mayo de 2009 apareció en el informe al Presidente uno de los más sensibles reportes de inteligencia profunda.  Su título era: Los reclutas de Al Qaeda en América del Norte pudieran hacer cambiar los objetivos y las tácticas en los Estados Unidos y en Canadá. Según el informe, alrededor de 20 partidarios de Al Qaeda con pasaportes estadounidenses, canadienses o europeos se estaban entrenando en los santuarios de Pakistán para regresar a sus países de origen y perpetrar actos terroristas de alto perfil. Entre ellos se incluían media docena del Reino Unido, varios canadienses, algunos alemanes y tres estadounidenses.  No se conocían sus nombres. Dennis Blair pensaba que los informes eran lo suficientemente alarmantes y creíbles como para que el Presidente fuese informado. Pero Rahm Emmanuel no estaba de acuerdo. Blair respondió, como asesor de inteligencia del Presidente, que se sentía realmente preocupado y Emmanuel lo acusó de estar tratando de responsabilizarlo a él y al Presidente.

“Al salir de la Casa Blanca Blair estaba convencido de que ambos vivían en planetas diferentes con respecto a este tema.  Cada vez más veía una falla en el gobierno.

“CAPÍTULO 12

“El General Jones acostumbraba a viajar él mismo a Afganistán para hacer sus propias valoraciones.  Él era de la opinión de que los Estados Unidos no podían perder esa guerra, porque la gente iba a decir que los terroristas habían ganado y este tipo de acciones se iban a ver en África, América del Sur y otros lugares.  Las organizaciones como la OTAN, la Unión Europea y las Naciones Unidas podrían quedar relegadas al basurero de la historia.

“Jones visita a los soldados heridos, se reúne con los coroneles y se entrevista con McChrystal.  McChrystal le confiesa que Afganistán estaba mucho peor que lo que él esperaba.  Advirtió que había sobradas razones para preocuparse y que si la situación no se revertía pronto se haría irreversible.  Jones pidió que le enumerara los problemas y McChrystal comenzó a citar toda una letanía de ellos: el número de talibanes en el país era muy superior a lo que se pensaba (25 000).  Jones comentó que eso era el resultado del  tratado firmado entre Pakistán y sus tribus, pues allí los nuevos talibanes podían ser entrenados sin interferencias.  El número de ataques talibanes se acercaba a los 550 semanales y en los últimos meses se había casi duplicado.  Las bombas a los bordes de la carretera estaban matando a aproximadamente 50 efectivos de las tropas de la coalición cada mes, a diferencia de la cifra de ocho registrada el año anterior.

“Jones insistía en que la nueva estrategia tenía tres etapas:

“1.- La seguridad.

“2.- El desarrollo económico y la reconstrucción.

“3.- La gobernabilidad por parte de los afganos bajo el imperio de la ley.

“Jones insistía en que la guerra no la iba a ganar sólo el ejército, que durante el próximo año la parte de la estrategia que debía comenzar a funcionar era el desarrollo económico, y que si eso no se hacía bien no iban a haber suficientes tropas en el mundo para lograr la victoria.  Jones aclaró que ésta era una nueva época y que Obama no le iba a dar a los comandantes del ejército todas las fuerzas que ellos pedían, como acostumbraba a hacer Bush durante la guerra en Irak.  Jones añadió que el Presidente sabía que estaba caminando por el filo de una navaja, lo cual quería decir que no sólo eran tiempos difíciles y peligrosos, sino que la situación podía avanzar en una u otra dirección.

“En la provincia de Helmand, Jones aclaró que la estrategia de Obama estaba destinada a reducir la participación y el compromiso de los Estados Unidos, que él no pensaba que Afganistán debía ser la guerra sólo de los Estados Unidos, pero que había habido una tendencia a americanizarla.

“A su regreso Jones le informa a Obama que la situación era desconcertante; que no había relación alguna entre lo que le habían estado diciendo  durante los últimos meses y lo que  el General McChrystal estaba enfrentando. Obama le pregunta al fin cuántas tropas se necesitaban y Jones le informa que aún no había un número definido.  Él pensaba que era necesario completar las dos primeras etapas de la estrategia -desarrollo económico y gobernabilidad-, o de lo contrario Afganistán simplemente se iba a tragar cualquier cifra adicional de tropas.

“En el Pentágono la reacción era muy diferente.  Jones fue acusado de querer poner límites a la cifra de tropas.  Éste alegaba que no era justo que el presidente tomara la decisión que había tenido que tomar en marzo, y antes de completar los 21 000 efectivos allí, decidir que como la situación era tan mala se necesitaban de 40 000 a 80 000 efectivos adicionales.

“Entre la Casa Blanca y el Pentágono existía un abismo cada vez mayor, y esto ocurría sólo cuatro meses después de que el Presidente diera a conocer su nueva estrategia.

“CAPÍTULO 13

“Algunos funcionarios del gobierno estadounidense describían el gobierno de Obama utilizando la terminología afgana, y decían que  la presidencia estaba poblada por ‘tribus’, lo cual reflejaba sus divisiones.  La tribu de Hillary vivía en el Departamento de Estado; la tribu de Chicago ocupaba las oficinas de Axelrod y Emmanuel; la tribu de la campaña presidencial ocupaba el Consejo de Seguridad Nacional, que estaba dirigido por el jefe de gabinete Mark Lippert y el director de comunicaciones estratégicas Denis McDonough.  A este grupo le llamaban la ‘insurgencia’.

“La derrota del Talibán requería más tropas, dinero y tiempo que su desmantelamiento. La derrota significaba una rendición incondicional, una capitulación total; la victoria, ganar en el más amplio sentido de la palabra, destruir completamente al Talibán.

“Richard Holbrooke se mostraba pesimista cerca de las elecciones del 20 de agosto en Afganistán y expresó: ‘Si hubiese 10 resultados posibles en Afganistán, 9 de ellos son malos.  Todos ellos fluctúan entre la guerra civil y las irregularidades’.

“Tan pronto cerraron los colegios de votación el 20 de agosto hubo reportes de fraude en las urnas.  Muchos funcionarios de Naciones Unidas y del Departamento de Estado no abandonaron sus residencias para visitar los centros de votación por razones de seguridad.

“El día posterior a las elecciones Hoolbroke y el embajador estadounidense se reunieron con Karzai, al cual le preguntaron qué haría si había una segunda vuelta.  Karzai dijo que él había sido reelecto y que no habría una segunda vuelta.

“Después de la reunión Karzai llamó al centro de operaciones del Departamento de Estado y pidió hablar con Obama o con Hillary.  El embajador estadounidense le recomendó al presidente que no aceptara la llamada, pues Karzai se había colocado a la defensiva diciendo que una segunda vuelta era imposible.  Obama estuvo de acuerdo en no hablar con él.

“Los informes de inteligencia  describían a Karzai como una persona cada vez más delirante y paranoico.  Karzai les dijo: ‘Ustedes están en contra mía.  Es un complot entre los estadounidenses y los británicos’.

“En el mes de agosto se creó un grupo a fin de que entrevistara a los miembros del grupo estratégico del General McChrystal que recién acababan de regresar de Afganistán, con el objetivo de saber qué era lo que estaba ocurriendo en el terreno, cómo iba la guerra, qué estaba funcionando y qué no. McChrystal le dio al grupo tres preguntas a modo de guía para su estudio: ¿es posible cumplir la misión?; y de ser así, ¿qué es necesario cambiar para que la misión se cumpla?; ¿se requieren más recursos para cumplir la misión?

“McChrystal le pidió al grupo que fuese pragmático y se concentrara en las cosas que realmente funcionaban.

“El grupo llegó a la conclusión de que el ejército entendía relativamente poco a la población afgana.  No alcanzaba a comprender cómo las campañas de intimidación lanzadas por los talibanes afectaban a la población.  El acopio de información de inteligencia era un desastre.  El grupo descubrió que el 70 por ciento de los requisitos de inteligencia se centraban en el enemigo.  Algunos miembros del grupo pensaban que dentro de uno o dos años la guerra estaría totalmente americanizada.  Los estadounidenses preferían que los aliados de la OTAN aportaran dinero y asesores para las fuerzas de seguridad afganas, en vez de que estuviesen merodeando por todo el país pidiendo apoyo aéreo para atacar a los afganos de apariencia sospechosa.

“El grupo sólo tenía malas noticias para McChrystal.  Se podía llevar a cabo la mejor campaña de contrainsurgencia en la historia del mundo, y aún así ésta fracasaría por la debilidad y la corrupción que existían en el gobierno afgano. McChrystal quedó como si hubiese sido atropellado por un tren.  De todos modos, le dio las gracias al grupo.

“McChrystal le hizo saber a Gates que necesitaría 40 000 efectivos más.  Tras largas discusiones, Gates le prometió que le daría tantos efectivos como pudiera mientras pudiera.  ‘Usted tiene un campo de batalla allá y yo tengo un campo de batalla aquí’, le dijo.

“CAPÍTULO 14

“Biden se había pasado cinco horas tratando de diseñar una alternativa para McChrystal, la cual llamó ‘antiterrorismo plus’.  En vez de una cantidad intensiva de efectivos, el plan se concentraba en lo que él creía era la amenaza real: Al Qaeda. Esta estrategia ponía énfasis en la destrucción de los grupos terroristas mediante el asesinato o la captura de sus líderes.  Biden pensaba que era posible disuadir a Al Qaeda de regresar a Afganistán, y así evitar enfrascarse en la costosa misión de  proteger al pueblo afgano.

“Biden pensaba que Al Qaeda tomaría por el camino donde encontrarían menor resistencia y que no regresarían a sus antiguos lugares de origen si:

“1.  Los Estados Unidos mantenían al menos dos bases (Baram y Khandahar) para que las Fuerzas Especiales pudieran operar en cualquier lugar del país.

“2.  Los Estados Unidos contaran con fuerzas suficientes para controlar el espacio aéreo afgano.

“3.  Las redes de inteligencia humana dentro de Afganistán le proporcionaban información acerca de los objetivos que serían atacados a las Fuerzas Especiales.

“4.  La élite de la CIA, una fuerza compuesta por 3 000 afganos para operaciones anti-terroristas podían        moverse libremente.

“Afganistán debía convertirse en un ambiente ligeramente más hostil para Al Qaeda que Pakistán para que ellos decidieran no regresar.

“Obama necesitaba a alguien que lo guiara.  Había estado en el Senado sólo cuatro años, y Biden 35.  El presidente pensaba que los militares no podían presionarlo, pero ellos podían aplastar a un presidente inexperto.  Biden acudió a Obama, y éste le dijo: ‘Tú eres quien conoces a esa gente.  Adelante. Presiona’.

“Obama confesó después que el quería que su vicepresidente fuese un detractor agresivo, y que dijera exactamente lo que pensaba, que hiciera las preguntas más difíciles, porque estaba convencido de que ésa era la mejor manera de servir al pueblo y a las tropas, estableciendo un fuerte debate sobre estas cuestiones de  vida o muerte.

“Obama convocó a un pequeño grupo de los más experimentados miembros de su equipo de seguridad nacional para analizar el informe clasificado de 66 páginas elaborado por McChrystal, que en resumen decía que si no se enviaban más efectivos era probable que la guerra terminara en un fracaso en los próximos 12 meses.  El presidente agregó que las opciones en este caso no eran buenas y aclaró que no aceptaría automáticamente la solución propuesta por el General ni por nadie.  ‘Tenemos que abordar esto con el espíritu de desafiar nuestras propias presunciones’.

“Peter Lavoy, vicejefe de análisis de la oficina del director de la DIN, consideraba que tras los ataques con aviones no tripulados, Bin Laden y su organización habían sido golpeados, asediados, pero no acabados, que Al Qaeda se había convertido en la sanguijuela del Talibán.

“Obama quería saber si era posible o no derrotar a Al Qaeda y cómo; si era necesario destruir al Talibán para destruir a Al Qaeda; qué se podía lograr en los próximos años; qué tipo de presencia era necesario tener en Afganistán para poder contar con una plataforma antiterrorista eficaz.

“Lo que no se dijo y todos sabían era que un presidente no podía perder una guerra ni hacer ver que la estaba perdiendo. Obama dijo que iba a ser necesario trabajar durante cinco años y proponía considerar otras prioridades nacionales.”

Fidel Castro Ruz

Octubre 11 de 2010

6:00 p.m.

jueves, 7 de octubre de 2010

Las armas nucleares y la supervivencia del Homo Sapiens

En el acto conmemorativo por el 50 aniversario de los Comités de Defensa de la Revolución expresé el criterio de que: “La Revolución Cubana, en nuestra pequeña e ignorada isla, estaba recién nacida, pero el hecho de venir al mundo, a solo 90 millas del poderoso imperio, se convirtió en algo que ponía a prueba la soberbia de la superpotencia dominante en nuestro hemisferio y en gran parte del mundo”. Prometí hablar de las palabras que pronuncié dos días antes ante la ONU. Advertí que nuestra lucha sería “larga y dura”. Esa tarea, en lo inmediato, debo posponerla. Otro tema, sin embargo, es en este momento más importante.

Nuestro pueblo, que como muchos conocen en el mundo se caracteriza por los altos niveles de conocimientos alcanzados durante cinco décadas, a partir de un país semicolonizado y monoproductor con un considerable nivel de analfabetos, semi-analfabetos y bajos niveles de escolaridad general y conocimientos científicos, debía ser informado ampliamente de lo que puede significar para el destino de la especie humana la energía nuclear.

“A mí me parece -dije textualmente el 28 de septiembre- que sería bueno, tal vez, que se conocieran algunas de estas ideas sobre qué es el arma nuclear. Yo he visto algunas imágenes sobre lo que es la masa crítica, lo que significa su empleo como arma: bueno, tomar la energía que mueve al universo para la guerra”. A partir de “3 000 grados prácticamente todos los metales y materiales…” se funden. “¿Qué será a los 10 000 grados? [...] Pues bien, a través de la explosión atómica producto de la masa crítica se pueden alcanzar millones de grados de calor…”.

Deseo añadir en esta Reflexión, para tener una idea del poder destructivo de esa energía, lo que escribió Harry S. Truman en su diario, el 25 de julio de 1945, sobre una prueba realizada en el estado de Nuevo México: “Un experimento en el desierto de Nuevo México fue sorprendente, para decirlo de forma moderada. Trece libras del explosivo causaron la desintegración total de una torre de acero de 60 pies de altura, abrieron un cráter de 6 pies de profundidad y 1 200 pies de diámetro, derribaron una torre de acero a media milla de distancia y tiraron al suelo a hombres que se encontraban a 10 000 yardas de distancia. La explosión se vio a más de 200 millas y se escuchó a más de 40″.

En la etapa actual del mundo, cuando alrededor de doscientos países han sido reconocidos como Estados independientes con derecho a participar en la Organización de Naciones Unidas -ridícula ficción jurídica-, la única posibilidad de forjar una esperanza consiste en llevar a las masas, de forma serena y razonada, el hecho real de que todos los habitantes del planeta están corriendo el enorme riesgo.

Dentro del limitado espacio de nuestras relaciones, hemos tenido la posibilidad en menos de tres semanas de recibir dos eminentes personalidades.  El primero, Alan Robock es investigador y profesor emérito de la Universidad de Rutgers, New Jersey. El científico norteamericano, trabajando junto a un grupo de valerosos colegas, demostró y llevó a su actual nivel la teoría del “Invierno Nuclear”. Bastarían 100 de las 25 000 armas nucleares estratégicas que hoy existen -nos explicó- para que se ocasione la tragedia.

La teoría del “Invierno Nuclear” ha demostrado que: “Si tales armas no existieran, no podrían ser utilizadas.  Y en estos momentos no existe un argumento racional para usarlas en lo absoluto.  Si no pueden usarse, es necesario destruirlas y así nos protegeríamos de los accidentes, los errores de cálculo o cualquier actitud demencial.”

“…cualquier país que en estos momentos esté considerando la vía nuclear necesita reconocer que estaría poniendo en peligro no sólo a sus propias poblaciones  sino también al resto del mundo.”

“…el uso de las armas nucleares en caso de un ataque total contra un enemigo sería una acción suicida debido al frío y la oscuridad anómalos provocados por el humo proveniente de los fuegos generados por la bomba.”

Robock citó las palabras de Einstein: “El poder desencadenado del átomo lo ha cambiado todo excepto nuestras formas de pensar, y es por ello que avanzamos sin rumbo hacia una catástrofe sin precedentes”.

Mi respuesta al noble científico fue: “No hacemos nada con conocerlo nosotros, lo que hace falta es que lo conozca el mundo”.

El 2 de octubre, otra eminente personalidad de gran autoridad y prestigio arribó a nuestro país, el economista Michel Chossudovsky, Director del Centro de Investigación sobre Globalización, y editor principal del conocido y cada vez más influyente sitio Web Global Research, profesor emérito de la Universidad de Ottawa, y consultor de numerosas instituciones internacionales, como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el Banco Africano de Desarrollo, el Fondo de Población de las Naciones Unidas y otras relaciones y méritos que sería extenso enumerar.

Una de las primeras actividades del economista y escritor canadiense fue su conferencia en el Teatro “Manuel Sanguily” de la Universidad de la Habana a estudiantes, profesores e investigadores de las ciencias económicas. La dictó y respondió todas las preguntas en perfecto español. Constituyó un meritorio esfuerzo de cuyo contenido recogí las ideas esenciales, en especial las que se relacionan con los riesgos de guerra con empleo de armas atómicas.

“…la economía neoliberal representa en las  universidades de América del Norte realidades que son totalmente ficticias; es muy difícil para los economistas [...] analizar la realidad económica [...] no hay la noción del actor económico.”

“…la manipulación financiera, de las operaciones encubiertas de los grupos de poder, del engaño que tiene ese sistema económico [...] es algo que está fuera del control de los individuos…”

“Hoy día quisiera enfocar mucho más la cuestión de la aventura militar que se está llevando a cabo.  Es una alianza de Estados Unidos, de la OTAN y de Israel, es un proyecto militar; pero, a su vez, es también un proyecto económico, porque es un proyecto de conquista económica.”

“…estas operaciones militares corresponden [...] a objetivos de tipo económico [...] el objetivo económico más fundamental son los recursos de petróleo y de gas natural [...] el este del Mediterráneo hasta las fronteras chinas, y del mar Caspio al sur de Arabia Saudita [...] Medio Oriente-Asia Central, y esta región -según los datos- encierra, más o menos, un 60% de las reservas mundiales de petróleo y de gas natural.”

“Si comparamos esto con las reservas de Estados Unidos, son más de treinta veces.  Estados Unidos tiene menos de 2% de las reservas mundiales [...] y está llevando una guerra [...] para tener el control de esos recursos en nombre de sus petroleras [...] la configuración de poder económico detrás de esta guerra, son las petroleras como la British Petroleum, la Chevron, la Exxon [...] las grandes petroleras angloamericanas que están ahí, y que tienen intereses en esas regiones.”

“La British Petroleum [...] antiguamente era la Anglo Persian Oil Company, y la Anglo Persian Oil Company era un proyecto de conquista tanto de Irán como de Iraq después de la Segunda Guerra Mundial…”

“Si toman en conjunto los países musulmanes, sumando Nigeria, Libia, Argelia, Malasia, Indonesia, Brunei, llegan casi al 70% de las reservas globales de crudo [...] Estados Unidos está llevando una guerra de religión en contra de los habitantes de esos países donde hay petróleo. [...] es una cruzada santa en contra del mundo musulmán; pero el objetivo religioso es el pretexto, el justificativo para llevar esa guerra. [...] los discursos de Obama, de Hillary Clinton [...] nos hacen creer que Estados Unidos, con todo su poder militar y un gasto militar de casi un billón de dólares por año está llevando la guerra a Bin Laden y Al Qaeda.”

“…la contradicción del discurso viene siempre de fuentes oficiales [...] recientemente la CIA publicó un texto diciendo que no hay más de 50 miembros de Al Qaeda que están en Afganistán todavía. [...] esa guerra no es en contra de los terroristas musulmanes; pero el pretexto de la guerra es combatir en favor de la democracia y extirpar el mal.”

“Es interesante que en documentos militares se dice: ‘Si sabes lo que quieres, vamos a buscarlos que son malos’.  Hay toda una retórica [...]  es un discurso que nadie va a contestar, porque viene la autoridad, el presidente Obama y dice: ‘Tenemos que buscar a Bin Laden, no sabemos dónde está; si es necesario [...] lo vamos a buscar con el arma nuclear nuestra’.”

“Se formuló después del 11 de septiembre la doctrina de guerra preventiva y de guerra nuclear preventiva [...] era justo, en base a los objetivos de lucha contra el terrorismo, utilizar nuestra arma nuclear en contra de ellos, y en las distorsiones mediáticas se presentó, incluso, a Bin Laden como una potencia nuclear [...] son los poderes nucleares no estatales [...]los poderes nucleares no estatales están en alianza con Irán que -según ellos- es una potencia nuclear, aunque no hay ninguna evidencia de que Irán tiene el arma nuclear.”

“…Estados Unidos y sus aliados están amenazando a Irán con el arma nuclear, y el justificativo son las armas nucleares no existentes de Irán, y el pretexto es que Irán es una amenaza a la seguridad mundial.”

“Ese es el discurso y desgraciadamente ese discurso ya está apoyado por unos cuantos gobiernos, [...] todos los gobiernos de la OTAN e Israel están apoyando la opción de una guerra nuclear preventiva en contra de Irán [...] que Irán apoya a Bin Laden y que es necesario imponer ‘la democracia’ a Irán por la utilización del arma nuclear.”

“…estamos realmente en una coyuntura donde el futuro de la humanidad está afectado, porque si hay un ataque nuclear a Irán -como ya se está anunciando, y hay preparativos de guerra desde el 2004-, eso significa que, primero, en esa guerra del Medio Oriente, Asia Central, que ahora está limitada a tres teatros, Afganistán, Iraq y Palestina,  vamos a ver una escalada del proceso militar con la posibilidad de un escenario de guerra, la tercera guerra mundial.”

“La Segunda Guerra Mundial era un conjunto de guerras regionales. [...] guerra en Europa [...] guerra en el Pacífico [...] guerra en África [...] varios teatros [...] hoy es la integración por sistemas de comunicación y la  centralización del mando militar en un lugar, que es US Strategic Command, en Nebraska. [...] con la militarización del espacio con el sistema de satélites, con los sistemas de misiles que se llaman inteligentes, hay regionalización de operaciones militares [...] planificación militar de Estados Unidos, pero coordinados. [...] US Central Command [...] Asia Central y Medio Oriente. [...]  SOUTHCOM basado en Miami. [...] Africa Command [...]  tiene su base en Europa, no en África [...] hay una serie de comandos regionales, pero la dinámica de la guerra global es muy distinta a la de las guerras anteriores [...] una coordinación en tiempo real, apacible, un mando único; el sistema de defensa aéreo de todos estos países de la OTAN, de Estados Unidos y ahora de Israel, es integrado. [...] estamos en un mundo tremendamente distinto, con armas tremendamente sofisticadas, además del arma nuclear tenemos el arma electromagnética y la coordinación de todas estas operaciones. [...] la OTAN ahora tiene un mando militar también integrado, de tal forma que es una alianza tremendamente coherente, que puede lanzar operaciones en cualquier parte del mundo.  [...] sí tienen la capacidad, a nivel de armas de destrucción masiva, que es tremendamente sofisticado.”

“Todo esto es un contrato para unas pocas empresas que producen las armas -en Estados Unidos lo llaman Defense Contract-, las empresas que tienen convenios con el Departamento de Defensa. [...] el gasto militar en Estados Unidos es el 75% de los ingresos provenientes de los impuestos sobre los hogares, no todo el ingreso del Estado Federal, pero los ingresos de lo que los individuos y las familias pagan cada año [...] más o menos 1,1 billón de dólares, y los gastos militares son del orden de 750 000 millones de dólares [...] más o menos, el 75%. [...] son cifras oficiales, en la realidad el gasto militar es mucho mayor que eso.”

“…Estados Unidos ahora tiene un gasto militar que es un poco más del 50% del gasto militar de todos los demás países. [...] su economía también es tremendamente sesgada a favor de una economía de guerra, con todas las consecuencias del derrumbe de servicios sociales, de atención médica.

“La situación de empobrecimiento que existe en Estados Unidos, tanto por la crisis como por la economía militar, es tremendamente grave, y no es producto de una escasez de recursos, es producto de una transferencia de riquezas hacia pocas manos, del estancamiento que se está dando por la compresión del nivel de vida y también por la asignación, por parte del Estado, de casi todos sus ingresos a sostener la economía de guerra, por un lado, y también el llamado rescate bancario.”

“…en el conflicto entre la Unión Soviética y Estados Unidos había una especie de entendimiento [...]   -no sé cómo decirlo en español- … Es decir que no se va a utilizar porque ya se reconoce que es un arma que va a eliminar la sociedad en su conjunto.

“Primero se presentó esa doctrina de guerra nuclear preventiva, que se basó en la reclasificación del arma nuclear como un arma convencional [...] en la Guerra Fría había el teléfono rojo, había que decir quién estaba en Moscú…  Ya había el reconocimiento de que era peligroso, ¿no?”

“…en el año 2002 fue lo siguiente:  Hubo una campaña de propaganda dentro de las fuerzas armadas diciendo que el arma nuclear táctica era segura para la población civil [...] safe for the surround civilian population, sin daño a la población civil alrededor del sitio donde hay la explosión.  Eso fue para la bomba nuclear que ellos llamaron mini-niuk -mini-niuk quiere decir pequeña bomba nuclear. [...] en la ideología, en la falsificación científica se presentó esa nueva generación de bombas nucleares, como siendo muy distintas de la bomba estratégica. [...] Yo tengo un paquete de cigarrillos, yo no sé quién fuma aquí; ‘Fumar puede dañar su salud.’ [...] Lo que el Pentágono hizo: ha cambiado la etiqueta, con el aval de científicos vendidos, cooptados han cambiado la etiqueta de la bomba nuclear. [...] ‘Esa bomba nuclear es segura para la población civil, es una bomba humanitaria’.  No estoy exagerando, pueden consultar los documentos al respecto. [...] es propaganda interna, es propaganda en las mismas fuerzas armadas, son esas palabras -safe for the surround civilian population- [...] como ustedes saben, es como si uno estuviera utilizando una cámara de video, hay un manual para esta bomba.”

“Otro elemento:  Primero, no es el comandante en jefe, es decir, el Presidente de Estados Unidos quien decide la utilización de la bomba nuclear.  La bomba nuclear, reclasificada por el Senado en el 2002 con esa categoría:  pequeña bomba, que es hasta seis veces una bomba de Hiroshima, ahora forma parte del conjunto de armas convencionales [...] es también de terminología militar la caja de herramientas, the tool box. [...] es la caja de herramientas que yo soy el comandante general, tres estrellas [...] el tipo dice: [...] ‘aquí está la mini-niuk, está leyendo el manual [...] Aquí está escrito que se puede utilizar esa bomba nuclear’.”

“No estoy exagerando, una vez que la propaganda ya está en los manuales militares, viene a ser una línea de conducta, y el problema es el siguiente:  es que ese discurso inquisitorio es tan sofisticado, avanzado, que podría llevar a decisiones que son tremendamente contundentes para el futuro de la humanidad, y, por lo tanto, es necesario que estemos todos juntos en contra de ese proyecto militar, de ese proyecto de guerra.”

“Había mencionado 750 000 millones de dólares en gasto militar, y 1,5 billones de dólares en rescate a los bancos -esas son las operaciones que se implementaron en el año 2008-2009- [...] si se suma el gasto militar a los pagos que se han hecho a los bancos, llegamos a una cifra que es mayor que todos los ingresos del Estado.  En un año los ingresos del Estado norteamericano son del orden de 2,3 billones de dólares, y una gran parte de este monto está tomado en financiar la guerra y financiar el fraude, que es producto de la crisis económica [...] si vemos el programa que se implementó bajo [el gobierno de] Bush [...] era de 750 000 millones de dólares, y después se implementó otro plan parecido al comienzo del mandato de Obama [...] un millón de millones más o menos [...] el total de estas operaciones de rescate por distintos medios está estimado entre 6 y 8 millones de millones de dólares, que serían entre tres o cuatro veces el ingreso anual del Estado federal de Estados Unidos.”

“…el Estado se va a endeudar y los que están supervisando el Estado son los bancos, lo cierto. [...] los que son receptores de la operación de rescate son a su vez también los acreedores del Estado, y ese proceso circular se llama financiar su endeudamiento [...]  los bancos dicen:  ‘Bueno, nos deben pagar plata, porque tenemos que financiar la deuda que resulta del déficit fiscal, debido tanto al gasto en la defensa como el gasto en favor de las operaciones de rescate’.

“Estamos en una situación tremendamente grave en cuanto a la estructura fiscal de Estados Unidos, lo que lleva a una coyuntura de privatización de facto del Estado, porque no hay dinero para financiar salud, educación, obras públicas, lo que sea.  Entonces, paulatinamente, se ve una privatización del Estado y se ve también la privatización de la guerra.  Esto ya está encaminado, es decir que una parte importante de esta guerra está llevada por empresas privadas, mercenarios, también ligados al complejo militar o industrial.”

Prosigue mañana.

Fidel Castro Ruz

Octubre 7 de 2010

8 y 47 p.m.