domingo, 15 de abril de 2012

Realidades edulcoradas que se alejan

Me asombró hoy escuchar el discurso de José Miguel Insulza en Cartagena. Pensaba que quien hablaba en nombre de la OEA, se ocuparía al menos de reclamar el respeto a la soberanía de los países de este hemisferio que a lo largo de siglos fueron colonizados y cruelmente explotados por las potencias coloniales.

¿Por qué no dijo una sola palabra sobre las Islas Malvinas, ni exigió el respeto de los derechos soberanos de la hermana nación Argentina?

La Cumbre de Cartagena tiene escenas que no serán fáciles de olvidar. Es cierto que la misma implicó un enorme esfuerzo. A pesar de las horas transcurridas no tenemos idea de lo ocurrido en el almuerzo con que Santos intentó reponer el colosal desgaste de energía que los participantes invirtieron en esa cita.

Para quien resulte entretenido, pocas veces en su vida tendrá oportunidad de ver los rostros de más de 30 líderes políticos enfrentados a las cámaras de televisión, desde que se bajaban del carro hasta que, en un heroico esfuerzo final tras vencer el largo y alfombrado pasillo, ascendían los diez o doce escaloncitos a la altura del escenario donde sonriente y feliz los esperaba el anfitrión. En eso no valía juventud, edad, pies planos, rótulas operadas o dificultades en una o las dos piernas. Estaban obligados a seguir hasta la cúspide. Ricos o pobres debían cumplir el ceremonial.

Curiosamente Obama fue el único que aprovechó ese trayecto para hacer un entrenamiento deportivo. Como iba solo le resultó más fácil: adoptó una pose deportiva y subió los escalones trotando.

Las mujeres, como acompañantes o Jefes de Estado, son las que mejor lo hicieron. Una vez más demostraron que las cosas en el mundo marcharían mejor si ellas se ocuparan de los asuntos políticos. Tal vez habría menos guerra, aunque nadie puede estar seguro de eso.

Cualquiera diría que, por obvias razones políticas, la figura que peor impresión me causaría sería Obama. Sin embargo no fue así. Lo observé pensativo y a veces bastante ausente. Era como si durmiera con los ojos abiertos. No se conoce cuánto descansó antes de llegar a Cartagena, con qué generales habló, qué problemas ocupaban su mente. Si estaría pensando en Siria, Afganistán, Irak, Corea del Norte o Irán. Con seguridad, desde luego, en las elecciones, las jugadas del Tea Party y los planes tenebrosos de Mitt Romney. A última hora, poco antes de la Cumbre, decidió que las contribuciones de los más ricos deben alcanzar por lo menos el 30% de sus ingresos, como ocurría antes de Bush hijo. Desde luego que eso le permite presentarse frente a la derecha republicana con una imagen más diáfana de su sentido de justicia.

Pero el problema es otro: la enorme deuda acumulada por el gobierno Federal que rebasa los 15 millones de millones de dólares, lo cual demanda recursos que suman no menos de 5 millones de millones de dólares. El impuesto a los más ricos aportará alrededor de 50 000 millones de dólares en diez años, mientras la necesidad de dinero se eleva a 5 millones de millones. Recibiría por tanto un dólar por cada 100 de los que necesita. El cálculo está al alcance de un alumno con 8 grados de escolaridad.

Recordemos bien lo que reclamó Dilma Rousseff: “relaciones ‘de igual a igual’ con Brasil y el resto de América Latina”.
“La zona euro ha reaccionado a la crisis económica a través de una expansión monetaria, provocando un ‘tsunami’ que aprecia la moneda brasileña y afecta la competitividad de la industria nacional”, declaró.

A Dilma Rousseff, una mujer capaz e inteligente, no se le escapan esas realidades y sabe plantearlas con autoridad y dignidad.

Obama, acostumbrado a decir la última palabra, sabe que la economía de Brasil surge con impresionante fuerza, que asociada a las economías como las de Venezuela, Argentina, China, Rusia, Sudáfrica y otras de América Latina y el mundo, trazarían el futuro del desarrollo mundial.

El problema de los problemas es la tarea de preservar la paz de los riesgos crecientes de una guerra que con el poder destructivo de las armas modernas ponen la humanidad al borde del abismo.

Veo que las reuniones en Cartagena se prolongan y las realidades edulcoradas se alejan. De las guayaberas obsequiadas a Obama no se habló. Alguien tendrá que encargarse de indemnizar al diseñador de Cartagena, Edgar Gómez.


Fidel Castro Ruz
Abril 14 de 2012
9 y 58 p.m.

La cumbre de las guayaberas

Obama, el primer Presidente negro de Estados Unidos -sin dudas inteligente, bien instruido y buen comunicador-, hizo pensar a no poca gente que era un émulo de Abraham Lincoln y Martin Luther King.

Hace cinco siglos una Bula Papal, aplicando conceptos de la época, asignó alrededor de 40 millones de kilómetros cuadrados de tierra, aguas interiores y costas a dos pequeños y belicosos reinos de la península Ibérica.

Ingleses, franceses, holandeses y otros importantes Estados feudales fueron excluidos del reparto. Interminables guerras no tardaron en desatarse, millones de africanos fueron convertidos en esclavos a lo largo de cuatro siglos y las culturas autóctonas, algunas de ellas más avanzadas que las de la propia Europa, fueron deshechas.

Hace 64 años fue creada la repudiable OEA. No es posible pasar por alto el grotesco papel de esa institución. Un elevado número de personas, que tal vez sumen cientos de miles, fueron secuestradas, torturadas y desaparecidas como consecuencia de sus acuerdos para justificar el golpe contra las reformas de Jacobo Árbenz en Guatemala, organizado por la Agencia Central de Inteligencia yanki. Centroamérica y el Caribe, incluida la pequeña isla de Granada, fueron víctima de la furia intervencionista de Estados Unidos a través de la OEA.

Más grave todavía fue su nefasto papel en el ámbito de Suramérica.

El neoliberalismo, como doctrina oficial del imperialismo, cobró inusitada fuerza en la década del 70 cuando el Gobierno de Richard Nixon decidió frustrar el triunfo electoral de Salvador Allende en Chile. Una etapa verdaderamente siniestra en la historia de América Latina se iniciaba. Dos altos jefes de las Fuerzas Armadas chilenas, leales a la Constitución, fueron asesinados y Augusto Pinochet impuesto en la jefatura del Estado, tras una represión sin precedentes en la que numerosas personas seleccionadas fueron torturadas, asesinadas y desaparecidas.

La Constitución de Uruguay, un país que se había mantenido durante muchos años en el marco de la institucionalidad, fue barrida.

Los golpes militares y la represión se extendieron a casi todos los países vecinos. La línea de transporte aéreo cubana fue objeto de brutales sabotajes. Un avión fue destruido en pleno vuelo con todos sus pasajeros. Reagan liberó al autor más importante del monstruoso crimen de una prisión en Venezuela, y lo envió a El Salvador a organizar el intercambio de drogas por dinero para la guerra sucia contra Nicaragua, que costó decenas de miles de muertos y mutilados.

Bush padre y Bush hijo, protegieron y exoneraron de culpa a los implicados en estos crímenes. Sería interminable la lista de fechorías y actos terroristas cometidos contra las actividades económicas de Cuba a lo largo de medio siglo.

Hoy, viernes 13, escuché valientes palabras pronunciadas por varios de los oradores que intervinieron en la reunión de cancilleres de la llamada Cumbre de Cartagena. El tema de los derechos soberanos de Argentina sobre las Malvinas -cuya economía es brutalmente golpeada al privarla de los valiosos recursos energéticos y marítimos de esas islas-, fue abordado con firmeza. El canciller venezolano Nicolás Maduro, al finalizar la reunión de hoy, declaró con profunda ironía que “del Consenso de Washington se pasó al Consenso sin Washington”.

Ahora tenemos la Cumbre de las guayaberas. El río Yayabo y su nombre indio, totalmente reivindicado, pasarán a la historia.



Fidel Castro Ruz

Abril 13 de 2012

9 y 40 p.m.

Las ilusiones de Stephen Harper

Creo, sin ánimo de ofender a nadie, que así se llama el Primer Ministro de Canadá. Lo deduzco de una declaración publicada el “Miércoles Santo” por un vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país. Son casi 200 los Estados, supuestamente independientes, que integran la Organización de Naciones Unidas. Constantemente cambian o los cambian. Muchos son personas honorables y amigos de Cuba, pero no es posible recordar los detalles de cada uno de ellos.

En la segunda mitad del siglo XX tuve el privilegio de vivir años de intenso aprendizaje, y apreciar que los canadienses, ubicados en el extremo norte de este hemisferio, fueron siempre respetuosos de nuestro país. Invertían en esferas de su interés y comerciaban con Cuba, pero no intervenían en los asuntos internos de nuestro Estado.

El proceso revolucionario iniciado el 1º de Enero de 1959 no implicó medidas que afectaran sus intereses, los cuales fueron tomados en cuenta por la Revolución en el mantenimiento de relaciones normales y constructivas con las autoridades de aquel país donde se llevaba a cabo un intenso esfuerzo por su propio desarrollo. No fueron, por tanto, cómplices del bloqueo económico, la guerra, y la invasión mercenaria que Estados Unidos aplicó contra Cuba.

En mayo de 1948, año en que se creó la OEA, institución de bochornosa historia que dio al traste con lo poco que ya quedaba del sueño de los libertadores de América, Canadá estaba lejos de pertenecer a la misma. Ese status se mantuvo durante más de 40 años, hasta 1990. Algunos de sus líderes nos visitaron. Uno de ellos fue Pierre Elliott Trudeau, brillante y valiente político, muerto prematuramente, a cuyo sepelio asistimos en nombre de Cuba.

Se supone que la OEA sea una organización regional integrada por los Estados soberanos de este hemisferio. Tal afirmación, como otras muchas de consumo diario, encierra un gran número de mentiras. Lo menos que podemos hacer es estar conscientes de las mismas, si se preserva el espíritu de lucha y la esperanza de un mundo más digno.

Se supone que la OEA sea una organización panamericana. Un país cualquiera de Europa, África, Asia o de Oceanía, no podría pertenecer a la OEA por poseer una colonia, como Francia en Guadalupe; o los Países Bajos, en Curazao. Pero el colonialismo británico no podía definir el status de Canadá, y explicar si era una colonia, una república, o un reino.

El Jefe de Estado en Canadá es la Reina de Inglaterra Isabel II, aunque esta deposite sus facultades en un Gobernador General designado por ella. De ese modo cabe preguntar si el Reino Unido es también parte de la OEA.

A su vez, el honorable Ministro de Relaciones Exteriores de Canadá no se atreve a decir si apoya o no a la Argentina en el espinoso tema de las Malvinas. Expresa solo beatíficos deseos de que reine la paz entre los dos países, pero allí Gran Bretaña posee la mayor base militar fuera de su territorio que viola la soberanía Argentina, no se excusó por haber hundido el Belgrano que estaba fuera de las aguas jurisdiccionales establecidas por ellos mismos y provocó el sacrificio inútil de cientos de jóvenes que cumplían su servicio militar. Hay que preguntarle a Obama y a Harper qué posición van a adoptar frente al justísimo reclamo de que se reintegre la soberanía de Argentina sobre las islas, y se deje de privarla de los recursos energéticos y pesqueros que tanto necesita para el desarrollo del país.

Me asombré realmente cuando profundicé en los datos de las actividades de las transnacionales canadienses en América Latina. Conocía el daño que los yanquis le imponían al pueblo de Canadá. Obligaban al país a buscar el petróleo extrayéndolo de grandes extensiones de arena impregnadas de ese líquido, ocasionando un daño irreparable al medio ambiente de ese hermoso y extenso país.

El daño increíble era el que las empresas canadienses especializadas en búsqueda de oro, metales preciosos y material radioactivo ocasionaban a millones de personas.

En un artículo publicado en el sitio web Alainet hace una semana, suscrito por una ingeniera en Calidad Ambiental,que nos introduce más detalladamente en la materia que incontables veces se ha mencionado como uno de los principales azotes que golpea a millones de personas.

“Las empresas mineras, el 60% de las cuales son de capital canadiense, trabajan bajo la lógica de aprovechamiento máximo, a bajo costo y corto tiempo, condiciones que son aún más ventajosas sí, en el sitio donde se instalan, se pagan mínimos ingresos tributarios y existen muy pocos compromisos ambientales y sociales…”

“Las leyes de minería de nuestros países [...] no incluyen obligaciones y metodologías para el control de impactos ambientales y sociales.”

“…los ingresos tributarios que las empresas mineras pagan a los países de la región son en promedio no más del 1.5% de los ingresos obtenidos.”

“La lucha social en contra de la minería, especialmente la metálica, ha venido creciendo a medida que generaciones enteras han visualizado los impactos ambientales y sociales…”

“Guatemala tiene una fuerza de resistencia ante los proyectos mineros que es admirable, gracias a la apropiación que tienen los pueblos indígenas del valor de sus territorios y sus recursos naturales como herencias ancestrales invaluables. Sin embargo, en los últimos 10 años, las consecuencias de esa lucha se han visualizado en el asesinato de 120 activistas y defensores de los Derechos Humanos.”

En el mismo artículo se va señalando lo que ocurre en El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, con cifras que obligan a pensar profundamente en gravedad y el rigor del saqueo despiadado que se va cometiendo contra los recursos naturales de nuestros países e hipotecando el futuro de los latinoamericanos.

La presencia de Dilma Rousseff, de regreso a su país, con escala en Washington, servirá para que Obama se persuada de que aunque algunos se refocilan pronunciando melosos discursos, Latinoamérica está lejos de ser un coro de países demandando limosnas.

Las guayaberas que usará Obama en Cartagena es uno de los grandes temas de las agencias noticiosas: “Edgar Gómez [...] ha diseñado una para el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que la exhibirá durante la Cumbre de las Américas”, nos cuenta la hija del diseñador, y añade: “Se trata de una guayabera blanca, sobria y con un trabajo manual más notorio de lo habitual…”.

De inmediato la agencia de noticia agrega: “Esta camisa caribeña tiene su origen en las orillas del río Yayabo, en Cuba, por eso inicialmente se llamaban yayaberas…”.

Lo curioso, amables lectores, es que Cuba está prohibida en esa reunión; pero las guayaberas, no. ¿Quién puede aguantar la risa? Hay que correr para avisarle a Harper.



Fidel Castro Ruz

Abril 8 de 2012

8 y 24 p.m.

El mundo maravilloso del capitalismo

La búsqueda de la verdad política siempre será una tarea dura, aun en nuestros tiempos cuando la ciencia ha puesto en nuestras manos un gran número de conocimientos. Uno de los más importantes fue conocer y estudiar el fabuloso poder de la energía contenida en la materia.

El descubridor de esa energía y su posible empleo era un hombre pacífico y bonachón que, a pesar de su repudio a la violencia y a la guerra, solicitó su desarrollo a Estados Unidos, presidido entonces por Franklin D. Roosevelt, de conocida posición antifascista, líder de un país capitalista en profunda crisis, que había contribuido a salvar con fuertes medidas que le ganaron el odio de la extrema derecha de su propia clase. Hoy ese Estado impone al mundo la más brutal y peligrosa tiranía que ha conocido nuestra frágil especie.

Los despachos procedentes de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN se refieren a las fechorías cometidas por ellos y sus cómplices. Las ciudades más importantes de Estados Unidos y de Europa reflejan constantes batallas campales entre los manifestantes y la policía bien entrenada y alimentada, con carros blindados y escafandras, repartiendo golpes, patadas y gases contra mujeres y hombres, torciendo manos y cuellos de jóvenes y viejos, mostrando al mundo las cobardes acciones que se cometen contra los derechos y la vida de los ciudadanos de sus propios países.

¿Hasta cuándo pueden durar semejantes barbaries?

Para no ser extenso, ya que estas tragedias se irán presentando cada vez más por la televisión y la prensa en general, y serán como el pan que cada día se niega a los que menos tienen, citaré el despacho cablegráfico, recibido hoy, de una importante agencia de noticias occidental:

“Buena parte de las costas japonesas del Pacífico podrían quedar inundadas por una ola gigantesca superior a los 34 metros (112 pies) si se produjera un sismo poderoso, según los cálculos revisados de un panel del gobierno.

“Cualquier tsunami desencadenado por un terremoto de magnitud 9 en la depresión de Nankai, que va desde la principal isla nipona de Honshu hasta la isla sureña de Kyushu, podría alcanzar los 34 metros de altura, señaló el comité.

“Un cálculo anterior en el 2003 estimaba que la altura máxima de dicha ola sería inferior a los 20 metros (66 pies).”

“La planta de Fukushima había sido diseñada para resistir un tsunami de 6 metros (20 pies), menos de la mitad de altura de la ola que la impactó el 11 de marzo del 2011.”

Pero no hay razones para preocuparse. Otro despacho fechado hace dos días, el 30 de marzo, nos puede tranquilizar. Procede de un medio realmente bien informado. En breves palabras sintetizaré: “Si usted fuera futbolista, jeque árabe o directivo de una gran multinacional ¿Qué tipo de tecnología le haría suspirar?

“Recientemente, unos conocidos almacenes de lujo en Londres inauguraron una sección entera dedicada a amantes de la tecnología con abultadas billeteras.

“Televisores de un millón de dólares, cámaras de video Ferrari y submarinos individuales son algunos de los fetiches para hacer las delicias del millonario.”

“El televisor del millón de dólares es la joya de la corona.”

“En el caso de Apple, la empresa se compromete a entregar sus nuevos productos el mismo día de lanzamiento en el mercado.”

“Pongamos que hemos salido de nuestra mansión y ya estamos cansados de rondar por ahí con nuestro yate, limousine, helicóptero o jet. Todavía nos queda la opción de comprar un submarino individual o para dos personas.”

La oferta prosigue con celulares con carcasa de acero inoxidable, procesador de 1,2 GHz y 8 G de memoria, y tecnología NFC para realizar pagos a través del celular. Videocámara con sello Ferrari.

¡Verdad compatriotas que el capitalismo es cosa maravillosa! Quizás nosotros seamos culpables de que cada ciudadano no tenga un submarino particular en la playa.

Son ellos y no yo quien mezcló en este mismo saco a los jeques árabes y los directivos de las grandes transnacionales con los futbolistas. Al menos estos últimos entretienen a millones de personas y no son enemigos de Cuba. Debo aclararlo.



Fidel Castro Ruz

Abril 1 de 2012

8 y 35 p.m.

La necesidad de enriquecer nuestros conocimientos

Las escenas fílmicas de la matanza en Libia, que comienzan a conocerse, indignan por la ausencia total de humanismo y las groseras mentiras que sirvieron de pretexto para invadir y apoderarse de los recursos naturales de aquel país.

Con más de 25 mil misiones de combate la aviación militar de la OTAN apoyó el monstruoso crimen.

Afirmaron que el Gobierno de Libia poseía fondos en el exterior que superaban los 200 mil millones de dólares. Nadie sabe en este instante dónde está y qué se ha hecho con ese dinero.

Un proceso electoral fraudulento garantizó el despojo de la presidencia del país más poderoso a favor de George W. Bush, un alcohólico sin tratamiento médico ni los más elementales principios éticos, quien ordenó a los graduados de West Point estar listos para atacar sorpresivamente y sin previo aviso a 60 o más oscuros rincones del mundo.

Semejante enajenado, a través de una maletica, podía decidir el uso de miles de armas nucleares; con un porcentaje mínimo de las mismas podía poner fin a la vida humana en el planeta.

Es triste recordar que en el lado opuesto de la superpotencia yanqui, otro enajenado, con tres botellas de Vodka en el estómago, proclamó la desintegración de la URSS y el desmantelamiento de más de 400 emplazamientos nucleares a cuyo alcance estaban todas las bases militares que amenazaban a ese país.

Aquellos acontecimientos no constituyeron una sorpresa. A lo largo de muchos años de lucha, la experiencia adquirida, el contacto con los acontecimientos, las ideas y los procesos históricos no daban lugar a sorpresa alguna.

Hoy los dirigentes rusos tratan de reconstruir aquel poderoso Estado que tanto esfuerzo y sacrificio costó crear.

Cuando el Papa Juan Pablo II visitó nuestro país en 1998, más de una vez antes de su llegada conversé sobre variados temas con algún enviado suyo. Recuerdo particularmente la ocasión en que nos sentamos a cenar en una pequeña sala del Palacio de la Revolución con Joaquín Navarro Valls, Vocero del Papa, sentado frente a mí. A la derecha estaba un sacerdote amable e inteligente que venía con el Vocero y acompañaba a Juan Pablo II en las misas.

Curioso por los detalles, le pregunto a Navarro Valls ¿Usted cree que el inmenso cielo con millones de estrellas se hizo para placer de los habitantes de la tierra cuando nos dignamos a mirar hacia arriba alguna noche? “Absolutamente” -me respondió. “Es el único planeta habitado del Universo”.

Me dirijo entonces al sacerdote y le digo ¿Qué piensa usted de eso padre? Me responde: “A mi juicio hay un 99,9 por ciento de posibilidades de que exista la vida inteligente en algún otro planeta”. La respuesta no violaba ningún principio religioso. Mentalmente multipliqué no se sabe cuántas veces la cifra. Era el tipo de respuesta que yo consideraba correcta y seria.

Después aquel noble sacerdote fue siempre amistoso con nuestro país. Para compartir la amistad no hay que compartir las creencias.

Hoy jueves, como ocurre con frecuencia creciente, una entidad europea de conocida solvencia sobre el tema expresa textualmente:

“Podría haber miles de millones de planetas no mucho más grandes que la Tierra orbitando débiles estrellas en nuestra galaxia, de acuerdo con un equipo internacional de astrónomos.

“Este número estimado de ’súper-Tierras’ -planetas con hasta diez veces la masa de la Tierra- se basa en detecciones ya realizadas y luego extrapoladas para incluir la población de las llamadas ‘estrellas enanas’ de la Vía Láctea.

“‘Nuestras nuevas observaciones con Harps arrojan que alrededor del 40% de las estrellas enanas rojas tienen una ’súper-Tierra’ orbitándola en su zona habitable, donde puede existir agua en estado líquido en la superficie del planeta’, dijo Xabier Bonfills, jefe del equipo del Observatorio de Ciencias del Universo de Grenoble, Francia.

“‘Debido a que las enanas rojas son tan comunes -hay como 160.000 millones de ellas en la Vía Láctea- esto nos lleva a los sorprendentes resultados de que hay decenas de millones de esos planetas solo en nuestra galaxia’.”

“Sus estudios sugieren que hay ’súper-Tierras’ en zonas habitables en el 41% de los casos, con un rango del 28 al 95%.

“‘40% de las estrellas enanas rojas tienen una ’súper-Tierra’ orbitándola en su zona habitable, donde puede existir agua en estado líquido’.”

“Eso lleva a la pregunta obvia, sobre si alguno de esos planetas no solamente es habitable sino que tiene vida.”

“Pero estas estrellas son dadas a las erupciones estelares, que pueden bañar a los planetas cercanos con rayos X o radiación ultravioleta, lo que puede hacer menos probable la existencia de vida.

“‘Tenemos idea de cómo encontrar rasgos de vida en esos planetas’, dijo el investigador del Observatorio de Génova, Stephane Udry.”

“‘Si podemos ver trazas de elementos relacionados con vida como oxígeno en esa luz, entonces podríamos obtener indicios sobre si hay vida en ese planeta’.”

La simple lectura de estas noticias demuestran la posibilidad y la necesidad de enriquecer nuestros conocimientos, hoy fragmentados y dispersos.

Quizás nos lleve a posiciones más críticas acerca de la superficialidad con que abordamos problemas tanto culturales como materiales. A mí no me cabe la menor duda de que nuestro mundo cambia mucho más aceleradamente de lo que somos capaces de imaginar.



Fidel Castro Ruz

Marzo 29 de 2012

8 y 15 p.m.

Los tiempos dificiles de la humanidad

El mundo está cada vez más desinformado en el caos de acontecimientos que se suceden a ritmos jamás sospechados.

Los que hemos vivido un poco más de años y experimentamos cierta avidez por la información, podemos testificar el volumen de ignorancia con que nos enfrentábamos a los acontecimientos.

Mientras en el planeta un número creciente de personas carecen de vivienda, pan, agua, salud, educación y empleo, las riquezas de la Tierra se malgastan y derrochan en armas e interminables guerras fraticidas, lo cual se ha convertido -y se desarrolla cada vez más- en una creciente y abominable práctica mundial.

Nuestro glorioso y heroico pueblo, a pesar de un inhumano bloqueo que dura ya más de medio siglo, no ha plegado jamás sus banderas; ha luchado y luchará contra el siniestro imperio. Ese es nuestro pequeño mérito y nuestro modesto aporte.

En el polo opuesto de nuestro planeta, donde se ubica Seúl, capital de Corea del Sur, el presidente Barack Obama se reúne en una Cumbre de seguridad nuclear, para imponer políticas relacionadas con la disposición y uso de armas nucleares.

Se trata sin dudas de hechos insólitos.

Personalmente no me percaté de estas realidades por simple casualidad. Fueron las experiencias vividas durante más de 15 años desde el triunfo de la Revolución cubana -tras la batalla de Girón, el criminal bloqueo yanki para rendirnos por hambre, los ataques piratas, la guerra sucia y la crisis de los cohetes nucleares en octubre de 1962 que puso al mundo al borde de una siniestra hecatombe-, cuando llegué a la convicción de que marxistas y cristianos sinceros, de los cuales había conocido muchos; con independencia de sus creencias políticas y religiosas, debían y podían luchar por la justicia y la paz entre los seres humanos.

Así lo proclamé y así lo sostengo sin vacilación alguna. Las razones que hoy puedo esgrimir son absolutamente válidas y aún más importantes todavía, porque todos los hechos transcurridos desde hace casi 40 años lo confirman; hoy con más razón que nunca, porque marxistas y cristianos, católicos o no; musulmanes, chiítas o sunitas; libre pensadores, materialistas dialécticos y personas pensantes, nadie sería partidario de ver desaparecer prematuramente a nuestra irrepetible especie pensante, en espera de que las complejas leyes de la evolución den origen a otra que se parezca y sea capaz de pensar.

Gustosamente saludaré mañana miércoles a Su Excelencia el Papa Benedicto XVI, como lo hice con Juan Pablo II, un hombre a quien el contacto con los niños y los ciudadanos humildes del pueblo suscitaba, invariablemente, sentimientos de afecto.

Decidí por ello solicitarle unos minutos de su muy ocupado tiempo cuando conocí por boca de nuestro canciller Bruno Rodríguez que a él le agradaría ese modesto y sencillo contacto.



Fidel Castro Ruz

Marzo 27 de 2012

8 y 35 p.m.

Los caminos que conducen al desastre

Esta Reflexión podrá escribirse hoy, mañana o cualquier otro día sin riesgo de equivocarse. Nuestra especie se enfrenta a problemas nuevos. Cuando expresé hace 20 años en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo en Río de Janeiro que una especie estaba en peligro de extinción, tenía menos razones que hoy para advertir sobre un peligro que veía tal vez a la distancia de 100 años. Entonces unos pocos líderes de los países más poderosos manejaban el mundo. Aplaudieron por mera cortesía mis palabras y continuaron plácidamente cavando la sepultura de nuestra especie.

Parecía que en nuestro planeta reinaba el sentido común y el orden. Hacía rato que el desarrollo económico apoyado por la tecnología y la ciencia semejaba ser el Alfa y Omega de la sociedad humana.

Ahora todo está mucho más claro. Verdades profundas se han ido abriendo paso. Casi 200 Estados, supuestamente independientes, constituyen la organización política a la que en teoría corresponde regir los destinos del mundo.

Alrededor de 25 mil armas nucleares en manos de fuerzas aliadas o antagónicas dispuestas a defender el orden cambiante, por interés o por necesidad, reducen virtualmente a cero los derechos de miles de millones de personas.

No cometeré la ingenuidad de asignar a Rusia o a China, la responsabilidad por el desarrollo de ese tipo de armas, después de la monstruosa matanza de Hiroshima y Nagasaki, ordenada por Truman, tras la muerte de Roosevelt.

Tampoco caería en el error de negar el holocausto que significó la muerte de millones de niños y adultos, hombres o mujeres, principalmente judíos, gitanos, rusos o de otras nacionalidades, que fueron víctimas del nazismo. Por ello repugna la política infame de los que niegan al pueblo palestino su derecho a existir.

¿Alguien piensa acaso que Estados Unidos será capaz de actuar con la independencia que lo preserve del desastre inevitable que le espera?

En pocas semanas los 40 millones de dólares que el presidente Obama prometió recaudar para su campaña electoral solo servirán para demostrar que la moneda de su país está muy devaluada, y que Estados Unidos, con su insólita y creciente deuda pública que se acerca a los 20 mil millones de millones de dólares, vive del dinero que imprime y no de lo que produce. El resto del mundo paga lo que ellos dilapidan.

Nadie cree tampoco que el candidato demócrata sea mejor o peor que sus adversarios republicanos: llámese Mitt Romney o Rick Santorum. Años luz separan a los tres de personajes tan relevantes como Abraham Lincoln o Martin Luther King. Es realmente inusitado observar una nación tan poderosa tecnológicamente y un gobierno tan huérfano a la vez de ideas y valores morales.

Irán no posee armas nucleares. Se le acusa de producir uranio enriquecido que sirve como combustible energético o componentes de uso médico. Quiérase o no, su posesión o producción no es equivalente a la producción de armas nucleares. Decenas de países utilizan el uranio enriquecido como fuente de energía, pero este no puede emplearse en la confección de un arma nuclear sin un proceso previo y complejo de purificación.

Sin embargo Israel, que con la ayuda y la cooperación de Estados Unidos fabricó el armamento nuclear sin informar ni rendir cuentas a nadie, hoy sin reconocer la posesión de estas armas, dispone de cientos de ellas. Para impedir el desarrollo de las investigaciones en países árabes vecinos atacó y destruyó los reactores de Irak y de Siria. Ha declarado a su vez el propósito de atacar y destruir los centros de producción de combustible nuclear de Irán.

En torno a ese crucial tema ha estado girando la política internacional en esa compleja y peligrosa región del mundo, donde se produce y suministra la mayor parte del combustible que mueve la economía mundial.

La eliminación selectiva de los científicos más eminentes de Irán, por parte de Israel y sus aliados de la OTAN, se ha convertido en una práctica que estimula los odios y los sentimientos de venganza.

El gobierno de Israel ha declarado abiertamente su propósito de atacar la planta productora de uranio enriquecido en Irán, y el gobierno de Estados Unidos ha invertido cientos de millones de dólares en la fabricación de una bomba con ese propósito.

El 16 de marzo de 2012 Michel Chossudovsky y Finian Cunningham publicaron un artículo revelando que “Un importante general de la Fuerza Aérea de EE.UU. ha descrito la mayor bomba convencional -la revienta-búnkeres de 13,6 toneladas- como ‘grandiosa’ para un ataque militar contra Irán.

“Un comentario tan locuaz sobre un masivo artefacto asesino tuvo lugar en la misma semana en la cual el presidente Barack Obama se presentó para advertir contra el ‘habla a la ligera’ sobre una guerra en el Golfo Pérsico.”

“…Herbert Carlisle, vice jefe de Estado Mayor para operaciones de la Fuerza Aérea de EE.UU. [...] agregó que probablemente la bomba sería utilizada en cualquier ataque contra Irán ordenado por Washington.

“El MOP, al que también se refieren como ‘La madre de todas las bombas’, está diseñado para perforar a través de 60 metros de hormigón antes de detonar su masiva bomba. Se cree que es la mayor arma convencional, no nuclear, en el arsenal estadounidense.”

“El Pentágono planifica un proceso de amplia destrucción de la infraestructura de Irán y masivas víctimas civiles mediante el uso combinado de bombas nucleares tácticas y monstruosas bombas convencionales con nubes en forma de hongo, incluidas la MOAB y la mayor GBU-57A/B oMassive Ordnance Penetrator (MOP), que excede a la MOAB en capacidad destructiva.

“La MOP es descrita como ‘una poderosa nueva bomba que apunta directamente a las instalaciones nucleares subterráneas de Irán y Corea del Norte. La inmensa bomba -más larga que 11 personas colocadas hombro a hombro, o más de 6 metros desde la base a la punta’.”

Ruego al lector me excuse por este enredado lenguaje de la jerga militar.

Como puede apreciarse, tales cálculos parten del supuesto de que los combatientes iraníes, que suman millones de hombres y mujeres conocidos por su fervor religioso y sus tradiciones de lucha, se rendirán sin disparar un tiro.

En días recientes los iranios han visto como los soldados de Estados Unidos que ocupan Afganistán, en apenas tres semanas, orinaron sobre los cadáveres de afganos asesinados, quemaron los libros del Corán y asesinaron a más de 15 ciudadanos indefensos.

Imaginemos a las fuerzas de Estados Unidos lanzando monstruosas bombas sobre instituciones industriales capaces de penetrar 60 metros de hormigón. Jamás semejante aventura había sido concebida.

No hace falta una palabra más para comprender la gravedad de semejante política. Por esa vía nuestra especie será conducida inexorablemente hacia el desastre. Si no aprendemos a comprender, no aprenderemos jamás a sobrevivir.

Por mi parte, no albergo la menor duda de que Estados Unidos está a punto de cometer y conducir el mundo al mayor error de su historia.



Fidel Castro Ruz

Marzo 21 de 2012

7 y 35 p.m.

La genialidad de Chávez

El presidente Chávez presentó ante el Parlamento de Venezuela su informe sobre la actividad realizada en 2011 y el programa a ejecutar en el año actual. Después de cumplir rigurosamente las formalidades que demanda esa importante actividad, habló en la Asamblea a las autoridades oficiales del Estado, a los parlamentarios de todos los partidos, y a los simpatizantes y adversarios que el país reúne en su acto más solemne.

El líder bolivariano fue amable y respetuoso con todos los presentes como es habitual en él. Si alguno le solicitaba el uso de la palabra para alguna aclaración, le concedía de inmediato esa posibilidad. Cuando una parlamentaria, que lo había saludado amablemente igual que otros adversarios, solicitó hablar, interrumpió su informe y le cedió la palabra, en un gesto de gran altura política. Llamó mi atención la dureza extrema con que el Presidente fue increpado con frases que pusieron a prueba su caballerosidad y sangre fría. Aquello constituía una incuestionable ofensa, aunque no fuese la intención de la parlamentaria. Sólo él fue capaz de responder con serenidad al insultante calificativo de “ladrón” que ella utilizó para juzgar la conducta del Presidente por las leyes y medidas adoptadas.

Después de cerciorarse sobre el término exacto empleado, respondió a la solicitud individual de un debate con una frase elegante y sosegada “Águila no caza moscas”, y sin añadir una palabra, prosiguió serenamente su exposición.

Fue una prueba insuperable de mente ágil y autocontrol. Otra mujer, de incuestionable estirpe humilde, con emotivas y profundas palabras expresó el asombro por lo que había visto e hizo estallar el aplauso de la inmensa mayoría allí presente, que por el estampido de los mismos, parecía proceder de todos los amigos y muchos de los adversarios del Presidente.

Más de nueve horas invirtió Chávez en su discurso de rendición de cuentas sin que disminuyera el interés suscitado por sus palabras y, tal vez debido al incidente, fue escuchado por incalculable número de personas. Para mí, que muchas veces abordé arduos problemas en extensos discursos haciendo siempre el máximo esfuerzo para que las ideas que deseaba trasmitir se comprendieran, no alcanzo a explicarme cómo aquel soldado de modesto origen era capaz de mantener con su mente ágil y su inigualable talento tal despliegue oratorio sin perder su voz ni disminuir su fuerza.

La política para mí es el combate amplio y resuelto de las ideas. La publicidad es tarea de los publicistas, que tal vez conocen las técnicas para hacer que los oyentes, espectadores y lectores hagan lo que se les dice. Si tal ciencia, arte o como le llamen, se empleara para el bien de los seres humanos, merecerían algún respeto; el mismo que merecen quienes enseñan a las personas el hábito de pensar.

En el escenario de Venezuela se libra hoy un gran combate. Los enemigos internos y externos de la revolución prefieren el caos, como afirma Chávez, antes que el desarrollo justo, ordenado y pacífico del país. Acostumbrado a analizar los hechos ocurridos durante más de medio siglo, y de observar cada vez con mayores elementos de juicio la azarosa historia de nuestro tiempo y el comportamiento humano, uno aprende casi a predecir el desarrollo futuro de los acontecimientos.

Promover una Revolución profunda no era tarea fácil en Venezuela, un país de gloriosa historia, pero inmensamente rico en recursos de vital necesidad para las potencias imperialistas que han trazado y aún trazan pautas en el mundo.

Líderes políticos al estilo de Rómulo Betancourt y Carlos Andrés Pérez, carecían de cualidades personales mínimas para realizar esa tarea. El primero era además, excesivamente vanidoso e hipócrita. Oportunidades tuvo de sobra para conocer la realidad venezolana. En su juventud había sido miembro del Buró Político del Partido Comunista de Costa Rica. Conocía muy bien la historia de América Latina y el papel del imperialismo, los índices de pobreza y el saqueo despiadado de los recursos naturales del continente. No podía ignorar que en un país inmensamente rico como Venezuela, la mayoría del pueblo vivía en extrema pobreza. Los materiales fílmicos están en los archivos y constituyen pruebas irrebatibles de aquellas realidades.

Como tantas veces ha explicado Chávez, Venezuela durante más de medio siglo fue el mayor exportador de petróleo en el mundo; buques de guerra europeos y yankis a principios del siglo XX intervinieron para apoyar un gobierno ilegal y tiránico que entregó el país a los monopolios extranjeros. Es bien conocido que incalculables fondos salieron para engrosar el patrimonio de los monopolios y de la propia oligarquía venezolana.

A mí me basta recordar que cuando visité por primera vez a Venezuela, después del triunfo de la Revolución, para agradecer su simpatía y apoyo a nuestra lucha, el petróleo valía apenas dos dólares el barril.

Cuando viajé después para asistir a la toma de posesión de Chávez, el día que juró sobre la “moribunda Constitución” que sostenía Calderas, el petróleo valía 7 dólares el barril, a pesar de los 40 años transcurridos desde la primera visita y casi 30 desde que el “benemérito” Richard Nixon había declarado que el canje metálico del dólar dejaba de existir y Estados Unidos comenzó a comprar el mundo con papeles. Durante un siglo la nación fue suministradora de combustible barato a la economía del imperio y exportadora neta de capital a los países desarrollados y ricos.

¿Por qué predominaron durante más de un siglo estas repugnantes realidades?

Los oficiales de las Fuerzas Armadas de América Latina tenían sus escuelas privilegiadas en Estados Unidos, donde los campeones olímpicos de las democracias los educaban en cursos especiales destinados a preservar el orden imperialista y burgués. Los golpes de Estado serían bienvenidos siempre que estuvieran destinados a “defender las democracias”, preservar y garantizar tan repugnante orden, en alianza con las oligarquías; si los electores sabían o no leer y escribir, si tenían o no viviendas, empleo, servicios médicos y educación, eso carecía de importancia siempre que el sagrado derecho a la propiedad fuese sostenido. Chávez explica esas realidades magistralmente. Nadie conoce como él lo que ocurría en nuestros países.

Lo que era todavía peor, el carácter sofisticado de las armas, la complejidad en la explotación y el uso del armamento moderno que requiere años de aprendizaje, y la formación de especialistas altamente calificados, el precio casi inaccesible de las mismas para las economías débiles del continente, creaba un mecanismo superior de subordinación y dependencia. El Gobierno de Estados Unidos a través de mecanismos que ni siquiera consultan a los gobiernos, traza pautas y determina políticas para los militares. Las técnicas más sofisticadas de torturas se trasmitían a los llamados cuerpos de seguridad para interrogar a los que se rebelaban contra el inmundo y repugnante sistema de hambre y explotación.

A pesar de eso, no pocos oficiales honestos, hastiados por tantas desvergüenzas, intentaron valientemente erradicar aquella bochornosa traición a la historia de nuestras luchas por la independencia.

En Argentina, Juan Domingo Perón, oficial del Ejército, fue capaz de diseñar una política independiente y de raíz obrera en su país. Un sangriento golpe militar lo derrocó, lo expulsó de su país, y lo mantuvo exiliado desde 1955 hasta 1973. Años más tarde, bajo la égida de los yankis, asaltaron de nuevo el poder, asesinaron, torturaron y desaparecieron a decenas de miles de argentinos, y no fueron siquiera capaces de defender el país en la guerra colonial contra Argentina que Inglaterra llevó a cabo con el apoyo cómplice de Estados Unidos y el esbirro Augusto Pinochet, con su cohorte de oficiales fascistas formados en la Escuela de las Américas.

En Santo Domingo, el Coronel Francisco Caamaño Deñó; en Perú, el General Velazco Alvarado; en Panamá, el General Omar Torrijos; y en otros países capitanes y oficiales que sacrificaron sus vidas anónimamente, fueron las antítesis de las conductas traidoras personificadas en Somoza, Trujillo, Stroessner y las sanguinarias tiranías de Uruguay, El Salvador y otros países de Centro y Sur América. Los militares revolucionarios no expresaban puntos de vista teóricamente elaborados en detalles, y nadie tenía derecho a exigírselos, porque no eran académicos educados en política, sino hombres con sentido del honor que amaban su país.

Sin embargo, hay que ver hasta donde son capaces de llegar por los senderos de la revolución hombres de tendencia honesta, que repudian la injusticia y el crimen.

Venezuela constituye un brillante ejemplo del rol teórico y práctico que los militares revolucionarios pueden desempeñar en la lucha por la independencia de nuestros pueblos, como ya lo hicieron hace dos siglos bajo la genial dirección de Simón Bolívar.

Chávez, un militar venezolano de humilde origen, irrumpe en la vida política de Venezuela inspirado en las ideas del libertador de América. Sobre Bolívar, fuente inagotable de inspiración, Martí escribió: “ganó batallas sublimes con soldados descalzos y medio desnudos [...] jamás se peleó tanto, ni se peleó mejor, en el mundo por la libertad…”

“… de Bolívar -dijo- se puede hablar con una montaña por tribuna [...] o con un manojo de pueblos libres en el puño…”

“… lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy; porque Bolívar tiene que hacer en América todavía.”

Más de medio siglo después el insigne y laureado poeta Pablo Neruda escribió sobre Bolívar un poema que Chávez repite con frecuencia. En su estrofa final expresa:

“Yo conocí a Bolívar una mañana larga,

en Madrid, en la boca del Quinto Regimiento,

Padre, le dije, eres o no eres o quién eres?

Y mirando el Cuartel de la Montaña, dijo:

‘Despierto cada cien años cuando despierta el pueblo’.”

Pero el líder bolivariano no se limita a la elaboración teórica. Sus medidas concretas no se hacen esperar. Los países caribeños de habla inglesa, a los que modernos y lujosos buques cruceros yankis le disputaban el derecho a recibir turistas en sus hoteles, restaurantes y centros de recreación, no pocas veces de propiedad extranjera pero que al menos generaban empleo, agradecerán siempre a Venezuela el combustible suministrado por ese país con facilidades especiales de pago, cuando el barril alcanzó precios que a veces superaban los 100 dólares.

El pequeño Estado de Nicaragua, patria de Sandino, “General de Hombres Libres”, donde la Agencia Central de Inteligencia a través de Luis Posada Carriles, después de ser rescatado de una prisión venezolana, organizó el intercambio de armas por drogas que costó miles de vidas y mutilados a ese heroico pueblo, también ha recibido el apoyo solidario de Venezuela. Son ejemplos sin precedentes en la historia de este hemisferio.

El ruinoso Acuerdo de Libre Comercio que los yankis pretenden imponer a la América Latina, como hizo con México, convertiría los países latinoamericanos y caribeños no solo en la región del mundo donde peor está distribuida la riqueza, que ya lo es, sino también en un gigantesco mercado donde hasta el maíz y otros alimentos que son fuentes históricas de proteína vegetal y animal serían desplazados por los cultivos subsidiados de Estados Unidos, como ya está ocurriendo en territorio mexicano.

Los automóviles de uso y otros bienes desplazan a los de la industria mexicana; tanto las ciudades como los campos pierden su capacidad de empleo, el comercio de drogas y armas crece, jóvenes casi adolescentes con apenas 14 ó 15 años, en número creciente, son convertidos en temibles delincuentes. Jamás se vio que ómnibus u otros vehículos repletos de personas, que incluso pagaron para ser transportados al otro lado de la frontera en busca de empleo, fuesen secuestrados y eliminados masivamente. Las cifras conocidas crecen de año en año. Más de 10 mil personas están perdiendo ya la vida cada año.

No es posible analizar la Revolución Bolivariana sin tomar en cuenta estas realidades.

Las fuerzas armadas, en tales circunstancias sociales, se ven forzadas a interminables y desgastadoras guerras.

Honduras no es un país industrializado, financiero o comercial, ni siquiera gran productor de drogas, sin embargo algunas de sus ciudades rompen el record de muertos por violencia a causa de las drogas. Allí se yergue en cambio el estandarte de una importante base de las fuerzas estratégicas del Comando Sur de Estados Unidos. Lo que allí ocurre y está ocurriendo ya en más de un país latinoamericano es el dantesco cuadro señalado, de los cuales algunos países, han comenzado a salir. Entre ellos, y en primer lugar Venezuela, pero no solo porque posee cuantiosos recursos naturales, sino porque los rescató de la avaricia insaciable de las transnacionales extranjeras y ha desatado considerables fuerzas políticas y sociales capaces de alcanzar grandes logros. La Venezuela de hoy es otra muy distinta a la que conocí hace solo 12 años, y ya entonces me impresionó profundamente, al ver que como ave Fénix resurgía de sus históricas cenizas.

Aludiendo a la misteriosa computadora de Raúl Reyes, en manos de Estados Unidos y la CIA, a partir del ataque organizado y suministrado por ellos en pleno territorio ecuatoriano, que asesinó al sustituto de Marulanda y a varios jóvenes latinoamericanos desarmados, han lanzado la versión de que Chávez apoyaba la “organización narco-terrorista de las FARC”. Los verdaderos terroristas y narcotraficantes en Colombia han sido los paramilitares que le suministraban a los traficantes norteamericanos las drogas, que se venden en el mayor mercado de estupefacientes del mundo: Estados Unidos.

Nunca hablé con Marulanda, pero sí con escritores e intelectuales honrados que llegaron a conocerlo bien. Analicé sus pensamientos e historia. Era sin dudas un hombre valiente y revolucionario, lo cual no vacilo en afirmar. Expliqué que no coincidía con él en su concepción táctica. A mi juicio, dos o tres mil hombres habrían sido más que suficientes para derrotar en el territorio de Colombia a un ejército regular convencional. Su error era concebir un ejército revolucionario armado con casi tantos soldados como el adversario. Eso era sumamente costoso y virtualmente imposible de manejar.

Hoy la tecnología ha cambiado muchos aspectos de la guerra; las formas de lucha también cambian. De hecho el enfrentamiento de las fuerzas convencionales, entre potencias que poseen el arma nuclear, se ha tornado imposible. No hay que poseer los conocimientos de Albert Einstein, Stephen Hawking y miles de otros científicos para comprenderlo. Es un peligro latente y el resultado se conoce o se debiera conocer. Los seres pensantes podrían tardar millones de años en volver a poblar el planeta.

A pesar de todo, sostengo el deber de luchar, que es algo de por sí innato en el hombre, buscar soluciones que le permitan una existencia más razonada y digna.

Desde que conocí a Chávez, ya en la presidencia de Venezuela, desde la etapa final del gobierno de Pastrana, siempre lo vi interesado por la paz en Colombia, y facilitó las reuniones entre el gobierno y los revolucionarios colombianos que tuvieron por sede a Cuba, entiéndase bien, para un acuerdo verdadero de paz y no una rendición.

No recuerdo haber escuchado nunca a Chávez promover en Colombia otra cosa que no fuera la paz, ni tampoco mencionar a Raúl Reyes. Siempre abordábamos otros temas. Él aprecia particularmente a los colombianos; millones de ellos viven en Venezuela y todos se benefician con las medidas sociales adoptadas por la Revolución, y el pueblo de Colombia lo aprecia casi tanto como el de Venezuela.

Deseo expresar mi solidaridad y estima al General Henry Rangel Silva, Jefe del Comando Estratégico Operacional de las Fuerzas Armadas, y recién designado Ministro para la Defensa de la República Bolivariana. Tuve el honor de conocerlo cuando en meses ya distantes visitó a Chávez en Cuba. Pude apreciar en él un hombre inteligente y sano, capaz y a la vez modesto. Escuché su discurso sereno, valiente y claro, que inspiraba confianza.

Dirigió la organización del desfile militar más perfecto que he visto de una fuerza militar latinoamericana, que esperamos sirva de aliento y ejemplo a otros ejércitos hermanos.

Los yankis nada tienen que ver con ese desfile y no serían capaces de hacerlo mejor.

Es sumamente injusto criticar a Chávez por los recursos invertidos en las excelentes armas que allí se exhibieron. Estoy seguro de que jamás se utilizarán para agredir a un país hermano. Las armas, los recursos y los conocimientos deberán marchar por los senderos de la unidad para formar en América, como soñó El Libertador, “…la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza que por su libertad y gloria”.

Todo nos une más que a Europa o a los propios Estados Unidos, excepto la falta de independencia que nos han impuesto durante 200 años.


Fidel Castro Ruz
Enero 25 de 2012
8 y 32 p.m.

La fruta que no cayó

Cuba se vio forzada a luchar por su existencia frente a una potencia expansionista, ubicada a pocas millas de sus costas, que proclamaba la anexión de nuestra isla, cuyo único destino era caer en su seno como fruta madura. Estábamos condenados a no existir como nación.

En la gloriosa legión de patriotas que durante la segunda mitad del siglo XIX luchó contra el aborrecible coloniaje impuesto por España a lo largo de 300 años, José Martí fue quien con más claridad percibió tan dramático destino. Así lo hizo constar en las últimas líneas que escribió cuando, víspera del rudo combate previsto contra una aguerrida y bien pertrechada columna española, declaró que el objetivo fundamental de sus luchas era: “… impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso.”

Sin comprender esta profunda verdad, hoy no se podría ser ni patriota, ni revolucionario.

Los medios de información masiva, el monopolio de muchos recursos técnicos, y los cuantiosos fondos destinados a engañar y embrutecer a las masas, constituyen sin duda obstáculos considerables, pero no invencibles.

Cuba demostró que -a partir de su condición de factoría colonial yanki, unida al analfabetismo y la pobreza generalizada de su pueblo-, era posible enfrentar al país que amenazaba con la absorción definitiva de la nación cubana. Nadie puede siquiera afirmar que existía una burguesía nacional opuesta al imperio, tan cercana a este se desarrolló que incluso poco después del triunfo envió catorce mil niños sin protección alguna a Estados Unidos, aunque tal acción estuvo asociada a la pérfida mentira de que sería suprimida la Patria Potestad, que la historia registró como operación Peter Pan y fue calificada como la mayor maniobra de manipulación de niños con fines políticos que se recuerde en el hemisferio occidental.

El territorio nacional fue invadido, apenas dos años después del triunfo revolucionario, por fuerzas mercenarias, -integradas por antiguos soldados batistianos e hijos de terratenientes y burgueses- armadas y escoltadas por Estados Unidos con buques de su flota naval, incluidos portaaviones con equipos listos para entrar en acción, que acompañaron a los invasores hasta nuestra isla. La derrota y la captura de casi la totalidad de los mercenarios en menos de 72 horas y la destrucción de sus aviones que operaban desde bases en Nicaragua y sus medios de transporte naval, constituyó una derrota humillante para el imperio y sus aliados latinoamericanos que subestimaron la capacidad de lucha del pueblo cubano.

La URSS frente a la interrupción del suministro de petróleo por parte de Estados Unidos, la ulterior suspensión total de la cuota histórica de azúcar en el mercado de ese país, y la prohibición del comercio creado a lo largo de más de cien años, respondió a cada una de esas medidas abasteciendo combustible, adquiriendo nuestra azúcar, comerciando con nuestro país y finalmente suministrando las armas que Cuba no podía adquirir en otros mercados.

La idea de una campaña sistemática de ataques piratas organizados por la CIA, los sabotajes y las acciones militares de bandas creadas y armadas por ellos, antes y después del ataque mercenario, que culminarían en una invasión militar de Estados Unidos en Cuba, dieron origen a los acontecimientos que pusieron al mundo al borde de una guerra nuclear total, de la que ninguna de sus partes y ni la propia humanidad habría podido sobrevivir.

Aquellos acontecimientos sin dudas costaron el cargo a Nikita Jruschov, que subestimó al adversario, desoyó criterios que les fueron informados y no consultó su decisión final con los que estábamos en la primera línea. Lo que pudo ser una importante victoria moral se convirtió así en un costoso revés político para la URSS. Durante muchos años las peores fechorías continuaron realizándose contra Cuba y no pocas, como su criminal bloqueo, se cometen todavía.

Jruschov tuvo gestos extraordinarios con nuestro país. En aquella ocasión critiqué sin vacilación el acuerdo inconsulto con Estados Unidos, pero sería ingrato e injusto dejar de reconocer su extraordinaria solidaridad en momentos difíciles y decisivos para nuestro pueblo en su histórica batalla por la independencia y la revolución frente al poderoso imperio de Estados Unidos. Comprendo que la situación era sumamente tensa y él no deseaba perder un minuto cuando tomó la decisión de retirar los proyectiles y los yankis se comprometieron, muy secretamente, a renunciar a la invasión.

A pesar de las décadas transcurridas que suman ya medio siglo, la fruta cubana no ha caído en manos yankis.

Las noticias que en la actualidad llegan de España, Francia, Iraq, Afganistán, Pakistán, Irán, Siria, Inglaterra, las Malvinas y otros numerosos puntos del planeta, son serias, y todas auguran un desastre político y económico por la insensatez de Estados Unidos y sus aliados.

Me limitaré a unos pocos temas. Debo señalar según cuentan todos, que la selección de un candidato republicano para aspirar a la presidencia de ese globalizado y abarcador imperio, es a su vez, -lo digo en serio- la mayor competencia de idioteces e ignorancia que se ha escuchado nunca. Como tengo cosas que hacer, no puedo dedicarle tiempo al asunto. De sobra sabía que sería así.

Ilustran más algunos despachos cablegráficos que deseo analizar, porque muestran el increíble cinismo que genera la decadencia de Occidente. Uno de ellos, con pasmosa tranquilidad, habla de un preso político cubano que, según se afirma, murió tras huelga de hambre que duró 50 días. Un periodista de Granma, Juventud Rebelde, noticiero radial, o cualquier otro órgano revolucionario, se puede equivocar en cualquier apreciación sobre cualquier tema, pero jamás fabrica una noticia o inventa una mentira.

En la nota de Granma se afirma que no hubo tal huelga de hambre; era un recluido por delito común, sancionado a 4 años por agresión que provocó lesiones en el rostro a su esposa; que la propia suegra solicitó la intervención de las autoridades; los familiares más allegados estuvieron al tanto de todos los procedimientos que se emplearon en su atención médica y estaban agradecidos por el esfuerzo de los especialistas médicos que lo atendieron. Fue asistido, afirma la nota, en el mejor hospital de la región oriental como se hace con todos los ciudadanos. Había muerto a causa de fallo multi-orgánico secundario asociado a un proceso respiratorio séptico severo.

El paciente había recibido todas las atenciones que se aplican en un país que posee uno de los mejores servicios médicos del mundo, los cuales se brindan gratuitamente, a pesar del bloqueo impuesto por el imperialismo a nuestra Patria. Es sencillamente un deber que se cumple en un país donde la Revolución tiene el orgullo de haber respetado siempre, durante más de 50 años, los principios que le dieron su invencible fuerza.

Más valdría realmente que el Gobierno español, dadas sus excelentes relaciones con Washington, viaje a Estados Unidos y se informe de lo que ocurre en las cárceles yankis, la conducta despiadada que aplica a los millones de presos, la política que se practica con la silla eléctrica y los horrores que se cometen con los detenidos en las cárceles y los que protestan en las calles.

Ayer lunes 23 de enero, un duro editorial de Granma titulado “Las verdades de Cuba” en una página completa de ese órgano explicó detalladamente la insólita desvergüenza de la campaña mentirosa desatada contra nuestra Revolución por algunos gobiernos “tradicionalmente comprometidos con la subversión contra Cuba”.

Nuestro pueblo conoce bien las normas que han regido la conducta intachable de nuestra Revolución desde el primer combate y jamás mancillada a lo largo de más de medio siglo. Sabe también que no podrá ser jamás presionado ni chantajeado por los enemigos. Nuestras leyes y normas se cumplirán indefectiblemente.

Es bueno señalarlo con toda claridad y franqueza. El Gobierno español y la destartalada Unión Europea, sumida en una profunda crisis económica, deben saber a qué atenerse. Produce lástima leer en agencias de noticias las declaraciones de ambas cuando utilizan sus descaradas mentiras para atacar a Cuba. Ocúpense primero de salvar el euro si pueden, resuelvan el desempleo crónico que en número creciente padecen los jóvenes, y respondan a los indignados sobre los cuales la policía arremete y golpea constantemente.

No ignoramos que ahora en España gobiernan los admiradores de Franco, quien envió a miembros de la División Azul junto a las SS y las SA nazis para matar soviéticos. Casi 50 mil de ellos participaron en la cruenta agresión. En la operación más cruel y dolorosa de aquella guerra: el cerco de Leningrado, donde murieron un millón de ciudadanos rusos, la División Azul formó parte de las fuerzas que trataron de estrangular a la heroica ciudad. El pueblo ruso no perdonará nunca aquel horrendo crimen.

La derecha fascista de Aznar, Rajoy y otros servidores del imperio, debe conocer algo de las 16 mil bajas que tuvieron sus antecesores de la División Azul y las Cruces de Hierro con las que Hitler premió a los oficiales y soldados de esa división. Nada tiene de extraño lo que hace hoy la policía gestapo con los hombres y mujeres que demandan el derecho al trabajo y al pan en el país con más desempleo de Europa.

¿Por qué mienten tan descaradamente los medios de información masiva del imperio?

Los que manejan esos medios, se empeñan en engañar y embrutecer al mundo con sus groseras mentiras, pensando quizás que constituye el recurso principal para mantener el sistema global de dominación y saqueo impuesto, y de modo particular a las víctimas cercanas a la sede de la metrópolis, los casi seiscientos millones de latinoamericanos y caribeños que viven en este hemisferio.

La república hermana de Venezuela se ha convertido en el objetivo fundamental de esa política. La razón es obvia. Sin Venezuela, el imperio habría impuesto el Tratado de Libre Comercio a todos los pueblos del continente que lo habitan desde el Sur de Estados Unidos, donde se encuentran las mayores reservas de tierra, agua dulce y minerales del planeta, así como grandes recursos energéticos que, administrados con espíritu solidario hacia los demás pueblos del mundo, constituyen recursos que no pueden ni deben caer en manos de las transnacionales que le imponen un sistema suicida e infame.

Basta, por ejemplo, mirar el mapa para comprender el criminal despojo que significó para Argentina arrebatarle un pedazo de su territorio en el extremo sur del continente. Allí emplearon los británicos su decadente aparato militar para asesinar bisoños reclutas argentinos vestidos con ropas de verano cuando ya estaban en pleno invierno. Estados Unidos y su aliado Augusto Pinochet le dieron a Inglaterra un desvergonzado apoyo. Ahora, en víspera de las Olimpiadas de Londres, su Primer Ministro David Cameron también proclama, como ya lo hizo Margaret Thatcher, su derecho a usar los submarinos nucleares para matar argentinos. El gobierno de ese país desconoce que el mundo está cambiando, y el desprecio de nuestro hemisferio y de la mayoría de los pueblos hacia los opresores se incrementa cada día.

El caso de las Malvinas no es único. ¿Conoce acaso alguien cómo terminará el conflicto en Afganistán? Hace muy pocos días soldados norteamericanos ultrajaban los cadáveres de combatientes afganos, asesinados por los bombarderos sin pilotos de la OTAN.

Hace tres días una agencia europea publicó que “el presidente afgano Hamid Karzai, dio su aval a un negociado de paz con los talibanes, subrayando que esta cuestión debe ser resuelta por los ciudadanos de su país”, luego añadió: “…el proceso de paz y reconciliación pertenece a la nación afgana y ningún país u organización extranjera puede sacarles a los afganos este derecho.”

Por su parte, un despacho publicado por nuestra prensa comunicaba desde Paris que “Francia suspendió hoy todas sus operaciones de formación y ayuda al combate en Afganistán y amenazó con anticipar el retiro de sus tropas, luego de que un soldado afgano ultimara a cuatro militares franceses en el valle Taghab, de la provincia de Kapisa [...] Sarkozy dio instrucciones al Ministro de Defensa Gérard Longuet para trasladarse inmediatamente a Kabul, y avizoró la posibilidad de un retiro anticipado del contingente.”

Desaparecida la URSS y el Campo Socialista, el Gobierno de Estados Unidos concebía que Cuba no podía sostenerse. George W. Bush tenía ya preparado un gobierno contrarrevolucionario para presidir nuestro país. El mismo día que Bush inició su criminal guerra contra Iraq, solicité a las autoridades de nuestro país el cese de la tolerancia que se aplicaba a los cabecillas contrarrevolucionarios que en esos días demandaban histéricamente la invasión a Cuba. En realidad, su actitud constituía un acto de traición a la Patria.

Bush y sus estupideces imperaron durante 8 años y la Revolución Cubana ha perdurado ya más de medio siglo. La fruta madura no ha caído en el seno del imperio. Cuba no será una fuerza más con la que el imperio se extienda sobre los pueblos de América. La sangre de Martí no se habrá derramado en vano.

Mañana publicaré otra Reflexión que complementa esta.



Fidel Castro Ruz

Enero 24 de 2012

7 y 12 p.m.

La paz mundial pende de un hilo

Ayer tuve el gusto de conversar sosegadamente con Mahmoud Ahmadinejad. No lo había visto desde septiembre del 2006, hacía más de cinco años, cuando visitó nuestra Patria para participar en la XIV Cumbre del Movimiento de Países No Alineados que tuvo lugar en La Habana, donde se eligió por segunda vez a Cuba como Presidente de esa organización por el tiempo establecido de tres años.

Yo había enfermado gravemente el 26 de julio de 2006, mes y medio antes de la misma y apenas podía sentarme en la cama. Varios de los más distinguidos líderes que asistían al evento tuvieron la amabilidad de visitarme. Chávez y Evo lo hicieron más de una vez. Un mediodía lo hicieron cuatro a los que siempre recuerdo: Kofi Annan, Secretario General de la ONU; un viejo amigo, Abdelaziz Buteflika, Presidente de Argelia; Mahmoud Ahmadinejad, Presidente de Irán; y un Viceministro de Relaciones Exteriores del gobierno de China y actual Canciller de ese país, Yang Jiechi, en representación del líder del Partido Comunista y Presidente de la República Popular China, Hu Jintao. Fue realmente un momento de importancia para mí que con gran esfuerzo reeducaba la mano derecha que había sufrido un serio accidente en la caída en Santa Clara.

Con los cuatro comenté aspectos de los problemas que el mundo afrontaba en aquellos instantes. Estos, ciertamente, se han ido tornando cada vez más complejos.

En el encuentro de ayer observé al Presidente iraní absolutamente sosegado y tranquilo, indiferente por completo a las amenazas yankis, confiado en la capacidad de su pueblo para enfrentar cualquier agresión y en la eficacia de las armas, que en gran parte producen ellos mismos, para ocasionar a los agresores un precio impagable.

En realidad del tema bélico apenas habló, su mente se concentraba en las ideas expuestas en la conferencia impartida en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, centrada en la lucha por el ser humano: “caminar hacia llegar y lograr la paz, la seguridad, el respeto y la dignidad humana como un deseo de todos los seres humanos a lo largo y ancho de la historia.”

Estoy seguro de que, por parte de Irán, no deben esperarse acciones irreflexivas que contribuyan al estallido de una guerra. Si esta inevitablemente se desata, será fruto exclusivo del aventurismo y la irresponsabilidad congénita del imperio yanki.

Pienso por mi parte que la situación política creada en torno a Irán y los riesgos de una guerra nuclear que de ella emanan y a todos involucra -posean o no tales armas-, son sumamente delicados porque amenazan la propia existencia de nuestra especie. El Oriente Medio se ha convertido en la región más conflictiva del mundo, y el área donde se generan los recursos energéticos vitales para la economía del planeta.

El poder destructivo y los sufrimientos masivos que originaban algunos de los medios utilizados en la Segunda Guerra Mundial motivaron una fuerte tendencia a prohibir algunas armas como los gases asfixiantes y otras empleadas en aquella guerra. Sin embargo, las pugnas de intereses y las enormes ganancias de los productores de armas los llevó a la confección de armamentos más crueles y destructivos, hasta que la tecnología moderna aportó el material y los medios cuyo empleo en una guerra mundial conducía al exterminio.

Sostengo el criterio, sin dudas compartido por todas las personas con un sentido elemental de responsabilidad, de que ningún país grande o pequeño tiene el derecho a poseer armas nucleares.

Nunca estas debieron usarse para atacar dos ciudades indefensas como Hiroshima y Nagasaki, asesinando e irradiando con horribles y duraderos efectos a cientos de miles de hombres, mujeres y niños, en un país que ya estaba militarmente vencido.

Si el fascismo obligaba a las potencias coaligadas contra el nazismo a competir con ese enemigo de la humanidad en la fabricación de tal arma, finalizada la guerra y creada ya la Organización de Naciones Unidas, el primer deber de esa organización era prohibir tal arma sin excepción alguna.

Pero Estados Unidos, la potencia más poderosa y rica, impuso al resto del mundo la línea a seguir. Hoy posee cientos de satélites que espían y vigilan desde el espacio a todos los habitantes del planeta. Sus fuerzas navales, aéreas y terrestres están equipadas con miles de armas nucleares, manejan a su antojo, a través del Fondo Monetario Internacional, las finanzas y las inversiones del mundo.

Si se analiza la historia de cada una de las naciones de América Latina, desde México hasta la Patagonia, pasando por Santo Domingo y Haití, podrá observarse que todas, sin una sola excepción han sufrido durante doscientos años, desde los inicios del siglo XIX hasta hoy, y de una u otra forma están sufriendo cada vez más los peores crímenes que el poderío y la fuerza pueden cometer contra el derecho de los pueblos. Escritores brillantes surgen en creciente número: uno de ellos, Eduardo Galeano, autor de “Las venas abiertas de América Latina”, que describe lo anterior, acaba de ser invitado a inaugurar el prestigioso Premio Casa de Las Américas, como un reconocimiento a su relevante obra.

Los acontecimientos se suceden con increíble rapidez; pero la tecnología los transmite al público de forma aún más rápida. Un día cualquiera, como el de hoy, noticias importantes se suceden con extraordinario ritmo. Un despacho cablegráfico fechado ayer 11, recoge la siguiente noticia textual: “La presidencia danesa de la Unión Europea afirmó el miércoles que una nueva serie de sanciones europeas más severas contra Irán se decidirá el 23 de enero en razón de su programa nuclear, apuntando no sólo el sector petrolero sino también al banco central.

“‘Iremos más lejos a la vez en lo que se refiere a las sanciones petroleras y contra las estructuras financieras’” dijo el jefe de la diplomacia danesa Villy Soevndal, durante un encuentro con la prensa extranjera. Puede apreciarse con claridad que, a fin de impedir la proliferación nuclear, Israel puede acumular cientos de ojivas nucleares mientras Irán no puede producir uranio enriquecido al 20%.

Otra noticia sobre el tema, de una conocida y experta agencia informativa británica refiere que: “China no dio señales el miércoles de ceder terreno a las demandas de Estados Unidos de que reduzca sus compras de petróleo iraní y consideró un exceso las sanciones de Washington contra Teherán…”.

Cualquiera se asombraría de la tranquilidad con que Estados Unidos y la civilizada Europa promueven esta campaña con una pasmosa y sistemática práctica terrorista. Baste estas líneas trasmitidas por otra importante agencia europea de noticias: “El asesinato, el miércoles, de un responsable de la planta nuclear de Natanz, en el centro de Irán, cuenta tres precedentes desde enero de 2010.”

El 12 de enero de ese año: “Un físico nuclear internacionalmente reconocido, Masud Alí Mohamadi, profesor en la universidad de Teherán y que trabajaba para los Guardianes de la Revolución, murió en la explosión de una moto bomba delante de su domicilio…”.

“29 de noviembre de 2010: Majid Shahriari, fundador de la Sociedad nuclear de Irán y ‘encargado de uno de los grandes proyectos de la Organización iraní de la energía atómica’ [...] fue muerto en Teherán por la explosión de una bomba magnética fijada a su automóvil.

“El mismo día, otro físico nuclear, Fereydoun Abasi Davani, fue objeto de un atentado en condiciones idénticas cuando estacionaba su coche delante de la universidad Shahid Beheshti en Teherán, donde los dos hombres eran profesores.” -Fue solo herido.

“23 de julio de 2011: El científico Dariush Rezainejad, que trabajaba en proyectos del ministerio de la Defensa, fue muerto a balazos por desconocidos que se desplazaban en una moto en Teherán.”

“11 de enero de 2012: -es decir, el mismo día en que Ahmadinejad viajaba de Nicaragua a Cuba, para dar su conferencia en la Universidad de La Habana- El científico Mostafa Ahmadi Roshan, que trabajaba en la planta de Natanz, de la cual era vice-director para los asuntos comerciales, murió en la explosión de una bomba magnética colocada sobre su automóvil, cerca de la universidad Allameh Tabatabai, al este de Teherán”. Como en años anteriores “Irán acusó nuevamente a Estados Unidos e Israel.”

Se trata de una carnicería selectiva de brillantes científicos iraníes sistemáticamente asesinados. He leído artículos de conocidos simpatizantes de Israel que hablan de crímenes realizados por sus servicios de inteligencia, en cooperación con los de Estados Unidos y la OTAN, como algo normal.

Al mismo tiempo, desde Moscú las agencias informan que “Rusia advirtió hoy que en Siria está madurando un escenario similar al de Libia, pero alertó que está vez el ataque vendrá desde la vecina Turquía.

“El Secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolai Patrushev, sostuvo que Occidente desea ‘castigar a Damasco no tanto por la represión a la oposición sino por su renuencia a interrumpir su alianza con Teherán’.”

“…en su opinión, en Siria está madurando un escenario como el de Libia, pero en esta oportunidad, las fuerzas de ataque no vendrán de Francia, Gran Bretaña e Italia sino de Turquía’.”

“Incluso, se atrevió a adelantar que ‘es posible que Washington y Ankara están ya definiendo varias opciones de zonas de exclusión de vuelo, donde ejércitos armados de rebeldes sirios podrían ser entrenados y concentrados’.”

Las noticias no solo proceden de Irán y el Oriente Medio, sino también de otros puntos del Asia Central próximos al Oriente Medio. Las mismas nos permiten apreciar la complejidad de los problemas que pueden derivarse de esa peligrosa zona.

Estados Unidos ha sido conducido por su contradictoria y absurda política imperial a problemas serios en países como Pakistán, cuyas fronteras con otro importante Estado, Afganistán, fueron trazadas por los colonialistas sin tomar en cuenta cultura ni etnias.

En este último país, que durante siglos defendió su independencia frente al colonialismo inglés, la producción de drogas se ha multiplicado desde la invasión yanki, y los soldados europeos apoyados por los aviones sin piloto y armamento sofisticado de Estados Unidos cometen bochornosas matanzas que incrementan el odio de la población y alejan las posibilidades de paz. Eso y otras inmundicias también se reflejan en los despachos de las agencias occidentales de noticias.

“WASHINGTON, 12 Enero 2012 - El secretario estadounidense de Defensa, Leon Panetta, calificó este jueves de ‘absolutamente lamentable’ el comportamiento de cuatro hombres presentados como marines norteamericanos orinando sobre cadáveres en Afganistán en un video difundido por internet.

“He visto las imágenes y encuentro el comportamiento (de esos hombres) absolutamente lamentable…”

“‘Este comportamiento es totalmente inapropiado de parte de miembros del ejército estadounidense y no refleja en ningún caso los criterios y los valores que nuestras fuerzas armadas juran respetar’…”

En realidad ni lo afirma ni lo niega. Cualquiera puede quedarse con la duda y posiblemente el mismo Secretario de Defensa.

Pero también resulta extremadamente inhumano, que hombres, mujeres y niños, o un combatiente afgano que lucha contra la ocupación extranjera, sea asesinado por las bombas de los aviones sin piloto. Algo también muy grave: decenas de soldados y oficiales pakistaníes, que cuidaban las fronteras del país, han sido destrozados por esas bombas.

En declaraciones del propio Karzai, Presidente de Afganistán, este expresó que el ultraje a los cadáveres era “’simplemente inhumano’, y pidió al gobierno estadounidense que ‘aplique el castigo más severo a quien sea, que acabe siendo condenado por este crimen’.”

Portavoces de los talibanes declararon que “‘en los diez últimos años se dieron centenares de actos similares que no fueron revelados’…”

Uno incluso siente lástima por aquellos soldados, separados de familiares y amigos, a miles de kilómetros de su propia patria, enviados a luchar en países que ni siquiera tal vez oyeron mencionar como escolares, donde les asignan la tarea de matar o morir para enriquecer a empresas transnacionales, fabricantes de armas y políticos inescrupulosos, que dilapidan cada año los fondos que se necesitan para la alimentación y la educación de los incontables millones de hambrientos y analfabetos en el mundo.

No pocos de esos soldados, víctimas de los traumas sufridos, terminan privándose de la vida.

¿Acaso exagero cuando afirmo que la paz mundial pende de un hilo?



Fidel Castro Ruz

Enero 12 de 2012

El mejor Presidente para Estados Unidos

Una conocida agencia europea de noticias transmitió anteayer desde Sydney, Australia, que “un grupo de investigadores australianos de la Universidad de Nueva Gales del Sur anunció la creación de un cable eléctrico diez mil veces más delgado que un cabello, capaz de igual conducción eléctrica que un cable de cobre tradicional.”

“…Bent Weber, jefe del proyecto realizado en la universidad australiana, en un trabajo publicado por la revista Science explicó que ‘poder efectuar conexiones de cables a esa escala microscópica será esencial para el desarrollo de los futuros circuitos electrónicos’”.

“El cable fue creado por físicos australianos y estadounidenses con cadenas de átomos de fósforo dentro de un cristal de silicio: el nanocable cuenta apenas con cuatro átomos de ancho por uno de alto.”

“El hallazgo es esencial en la carrera internacional para desarrollar la primera ‘computadora cuántica’, máquinas superveloces capaces de procesar enormes cantidades de datos en pocos segundos: una serie de cálculos que llevaría años, o incluso décadas, a las computadoras actuales.

“En un cable de cobre tradicional, la electricidad se genera cuando los electrones de cobre fluyen a lo largo del conductor: pero a medida que el cable o conductor se hace más pequeño, la resistencia al flujo eléctrico se hace mayor.

“Para superar este problema Weber y su equipo utilizaron microscopios especialmente diseñados con precisión atómica, que les permitieron colocar los átomos de fósforo en los cristales de silicio.

“Esto permitió que el nanocable actuara como el cobre, con los electrones fluyendo fácilmente y sin problemas de resistencia. ‘Estamos mostrando con esta técnica que es posible minimizar componentes hasta la escala de pocos átomos’, indicó Weber.”

“Si vamos a usar átomos como bits, necesitamos cables a la misma escala de los átomos” -observó la física Michelle Simmons, supervisora del trabajo.

Con estos indetenibles avances tecnológicos que debieran servir para el bienestar de la humanidad, recordaba lo que hace apenas cuatro días escribí sobre el calentamiento de la Tierra y la explotación acelerada del peligroso gas de esquisto, en un mundo que en doscientos años está consumiendo la energía fósil acumulada durante 4 000 millones de años.

Imaginé a Obama, buen articulador de palabras, para quien, en su búsqueda desesperada de la reelección, los sueños de Luther King distan a más años luz que la Tierra del planeta habitable más cercano.

Peor aún: cualquiera de los congresistas republicanos presidenciables, o un líder o lideresa del Tea Party carga más armas nucleares en sus espaldas que ideas de paz en su cabeza.

Imaginen los lectores por un minuto esa poderosa calculadora cuántica capaz de multiplicar por infinitas veces los datos que hoy recogen las modernas computadoras.

¿No es acaso obvio que lo peor de todo es la ausencia en la Casa Blanca de un robot capaz de gobernar Estados Unidos e impedir una guerra que ponga fin a la vida de nuestra especie?

Estoy seguro de que el 90 por ciento de los norteamericanos inscriptos, especialmente los hispanos, los negros, y el creciente número de la clase media, empobrecidos, votaría por el robot.



Fidel Castro Ruz

Enero 8 de 2012

6 y 18 p.m.

La marcha hacia el abismo

No es cuestión de optimismo o pesimismo, saber o ignorar cosas elementales, ser responsables o no de los acontecimientos. Los que pretenden considerarse políticos debieran ser lanzados al basurero de la historia cuando, como es norma, en esa actividad ignoran todo o casi todo lo que se relaciona con ella.

No hablo por supuesto de los que a lo largo de varios milenios convirtieron los asuntos públicos en instrumentos de poder y riquezas para las clases privilegiadas, actividad en la que verdaderos récords de crueldad han sido impuestos durante los últimos ocho o diez mil años sobre los que se tienen vestigios ciertos de la conducta social de nuestra especie, cuya existencia como seres pensantes, según los científicos, apenas rebasa los 180 mil años.

No es mi propósito enfrascarme en tales temas que seguramente aburrirían a casi el ciento por ciento de las personas continuamente bombardeadas con noticias a través de medios, que van desde la palabra escrita hasta las imágenes tridimensionales que comienzan a exhibirse en costosos cines, y no está lejano el día en que también predominen en la ya de por sí fabulosas imágenes de la televisión. No es casual que la llamada industria de la recreación tenga su sede en el corazón del imperio que a todos tiraniza.

Lo que pretendo es situarme en el punto de partida actual de nuestra especie para hablar de la marcha hacia el abismo. Podría incluso hablar de una marcha “inexorable” y estaría seguramente más cerca de la realidad. La idea de un juicio final está implícita en las doctrinas religiosas más extendidas entre los habitantes del planeta, sin que nadie las califique por ello de pesimistas. Considero, por el contrario, deber elemental de todas las personas serias y cuerdas, que son millones, luchar para posponer y, tal vez impedir, ese dramático y cercano acontecimiento en el mundo actual.

Numerosos peligros nos amenazan, pero dos de ellos, la guerra nuclear y el cambio climático, son decisivos y ambos están cada vez más lejos de aproximarse a una solución.

La palabrería demagógica, las declaraciones y los discursos de la tiranía impuesta al mundo por Estados Unidos y sus poderosos e incondicionales aliados, en ambos temas, no admiten la menor duda al respecto.

El primero de enero de 2012, año nuevo occidental y cristiano, coincide con el aniversario del triunfo de la Revolución en Cuba y el año en que se cumple el 50 Aniversario de la Crisis de Octubre de 1962, que puso al mundo al borde de la guerra mundial nuclear, lo que me obliga a escribir estas líneas.

Carecerían de sentido mis palabras si tuviesen como objetivo imputar alguna culpa al pueblo norteamericano, o al de cualquier otro país aliado de Estados Unidos en la insólita aventura; ellos, como los demás pueblos del mundo, serían las víctimas inevitables de la tragedia. Hechos recientes ocurridos en Europa y otros puntos muestran las indignaciones masivas de aquellos a los que el desempleo, la carestía, las reducciones de sus ingresos, las deudas, la discriminación, las mentiras y la politiquería, conducen a las protestas y a las brutales represiones de los guardianes del orden establecido.

Con frecuencia creciente se habla de tecnologías militares que afectan la totalidad del planeta, único satélite habitable conocido a cientos de años luz de otro que tal vez resulte adecuado si nos movemos a la velocidad de la luz, trescientos mil kilómetros por segundo.

No debemos ignorar que si nuestra maravillosa especie pensante desapareciera transcurrirían muchos millones de años antes de que surja nuevamente otra capaz de pensar, en virtud de los principios naturales que rigen como consecuencia de la evolución de las especies, descubierta por Darwin en 1859 y que hoy reconocen todos los científicos serios, creyentes o no creyentes.

Ninguna otra época de la historia del hombre conoció los actuales peligros que afronta la humanidad. Personas como yo, con 85 años cumplidos, habíamos arribado a los 18 con el título de bachiller antes de que concluyera la elaboración de la primera bomba atómica.

Hoy los artefactos de ese carácter listos para su empleo ─incomparablemente más poderosos que los que produjeron el calor del sol sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki─ suman miles.

Las armas de ese tipo que se guardan adicionalmente en los depósitos, añadidas a las ya desplegadas en virtud de acuerdos, alcanzan cifras que superan los veinte mil proyectiles nucleares.

El empleo de apenas un centenar de esas armas sería suficiente para crear un invierno nuclear que provocaría una muerte espantosa en breve tiempo a todos los seres humanos que habitan el planeta, como ha explicado brillantemente y con datos computarizados el científico norteamericano y profesor de la Universidad de Rutgers, New Jersey, Alan Robock.

Los que acostumbran a leer las noticias y análisis internacionales serios, conocen cómo los riesgos del estallido de una guerra con empleo de armas nucleares se incrementan a medida que la tensión crece en el Cercano Oriente, donde en manos del gobierno israelita se acumulan cientos de armas nucleares en plena disposición combativa, y cuyo carácter de fuerte potencia nuclear ni se admite ni se niega. Crece igualmente la tensión en torno a Rusia, país de incuestionable capacidad de respuesta, amenazada por un supuesto escudo nuclear europeo.

Mueve a risas la afirmación yanki de que el escudo nuclear europeo es para proteger también a Rusia de Irán y Corea del Norte. Tan endeble es la posición yanqui en este delicado asunto, que su aliado Israel ni siquiera se toma la molestia de garantizar consultas previas sobre medidas que puedan desatar la guerra.

La humanidad, en cambio, no goza de garantía alguna. El espacio cósmico, en las proximidades de nuestro planeta, está saturado de satélites de Estados Unidos destinados a espiar lo que ocurre hasta en las azoteas de las viviendas de cualquier nación del mundo. La vida y costumbres de cada persona o familia pasó a ser objeto de espionaje; la escucha de cientos de millones de celulares, y el tema de las conversaciones que aborde cualquier usuario en cualquier parte del mundo deja de ser privado para convertirse en material de información para los servicios secretos de Estados Unidos.

Ese es el derecho que va quedando a los ciudadanos de nuestro mundo en virtud de los actos de un gobierno cuya constitución, aprobada en el Congreso de Filadelfia en 1776, establecía que todavía los hombres nacían libres e iguales y a todos les concedía el Creador determinados derechos, de los cuales no les quedan ya, ni a los propios norteamericanos ni a ciudadano alguno del mundo siquiera el de comunicar por teléfono a familiares y amigos sus sentimientos más íntimos.

La guerra, sin embargo, es una tragedia que puede ocurrir, y es muy probable que ocurra; más, si la humanidad fuese capaz de retrasarla un tiempo indefinido, otro hecho igualmente dramático está ocurriendo ya con creciente ritmo: el cambio climático. Me limitaré a señalar lo que eminentes científicos y expositores de relieve mundial han explicado a través de documentos y filmes que nadie cuestiona.

Es bien conocido que el gobierno de Estados Unidos se opuso a los acuerdos de Kyoto sobre el medio ambiente, una línea de conducta que ni siquiera concilió con sus más cercanos aliados, cuyos territorios sufrirían tremendamente y algunos de los cuales, como Holanda, desaparecerían casi por entero.

El planeta marcha hoy sin política sobre este grave problema, mientras los niveles del mar se elevan, las enormes capas de hielo que cubren la Antártida y Groenlandia, donde se acumula más del 90% del agua dulce del mundo, se derriten con creciente ritmo, y ya la humanidad, el pasado 30 de noviembre de 2011, alcanzó oficialmente la cifra de 7 mil millones de habitantes que en las áreas más pobres del mundo crece de forma sostenida e inevitable. ¿Es que acaso los que se han dedicado a bombardear países y matar millones de personas durante los últimos 50 años se pueden preocupar por el destino de los demás pueblos?

Estados Unidos es hoy no solo el promotor de esas guerras, sino también el mayor productor y exportador de armas en el mundo.

Como es conocido, ese poderoso país ha suscrito un convenio para suministrar 60 mil millones de dólares en los próximos años al reino de Arabia Saudita, donde las transnacionales de Estados Unidos y sus aliados extraen cada día 10 millones de barriles de petróleo ligero, es decir, mil millones de dólares en combustible. ¿Qué será de ese país y de la región cuando esas reservas de energía se agoten? No es posible que nuestro mundo globalizado acepte sin chistar el colosal derroche de recursos energéticos que la naturaleza tardó cientos de millones de años en crear, y cuya dilapidación encarece los costos esenciales. No sería en absoluto digno del carácter inteligente atribuido a nuestra especie.

En los últimos 12 meses tal situación se agravó considerablemente a partir de nuevos avances tecnológicos que, lejos de aliviar la tragedia proveniente del derroche de los combustibles fósiles, la agrava considerablemente.

Científicos e investigadores de prestigio mundial venían señalando las consecuencias dramáticas del cambio climático.

En un excelente documental fílmico del director francés Yann Arthus-Bertrand, titulado Home, y elaborado con la colaboración de prestigiosas y bien informadas personalidades internacionales, publicado a mediados del año 2009, este advirtió al mundo con datos irrebatibles lo que estaba ocurriendo. Con sólidos argumentos exponía las consecuencias nefastas de consumir, en menos de dos siglos, los recursos energéticos creados por la naturaleza en cientos de millones de años; pero lo peor no era el colosal derroche, sino las consecuencias suicidas que para la especie humana tendría. Refiriéndose a la propia existencia de la vida, le reprochaba a la especie humana: “…Te beneficias de un fabuloso legado de 4 000 millones de años suministrado por la Tierra. Solamente tienes 200 000 años, pero ya has cambiado la faz del mundo.”

No culpaba ni podía culpar a nadie hasta ese minuto, señalaba simplemente una realidad objetiva. Sin embargo, hoy tenemos que culparnos todos de que lo sepamos y nada hagamos por tratar de remediarlo.

En sus imágenes y conceptos, los autores de esa obra incluyen memorias, datos e ideas que estamos en el deber de conocer y tomar en cuenta.

En meses recientes, otro fabuloso material fílmico exhibido fue Océanos, elaborado por dos realizadores franceses, considerado el mejor film del año en Cuba; tal vez, a mi juicio, el mejor de esta época.

Es un material que asombra por la precisión y belleza de las imágenes nunca antes filmadas por cámara alguna: 8 años y 50 millones de euros fueron invertidos en ella. La humanidad tendrá que agradecer esa prueba de la forma en que se expresan los principios de la naturaleza adulterados por el hombre. Los actores no son seres humanos: son los pobladores de los mares del mundo. ¡Un Oscar para ellos!

Lo que motivó para mí el deber de escribir estas líneas no surgió de los hechos referidos hasta aquí, que de una forma u otra he comentado anteriormente, sino de otros que, manejados por intereses de las transnacionales, han estado saliendo a la luz dosificadamente en los últimos meses y sirven a mi juicio como prueba definitiva de la confusión y el caos político que impera en el mundo.

Hace apenas unos meses leí por primera vez algunas noticias sobre la existencia del gas de esquisto. Se afirmaba que Estados Unidos disponía de reservas para suplir sus necesidades de este combustible durante 100 años. Como dispongo en la actualidad de tiempo para indagar sobre temas políticos, económicos y científicos que pueden ser realmente útiles a nuestros pueblos, me comuniqué discretamente con varias personas que residen en Cuba o en el exterior de nuestro país. Curiosamente, ninguna de ellas había escuchado una palabra sobre el asunto. No era desde luego la primera vez que eso sucedía. Uno se asombra de hechos importantes de por sí que se ocultan en un verdadero mar de informaciones, mezcladas con cientos o miles de noticias que circulan por el planeta.

Persistí, no obstante, en mi interés sobre el tema. Han transcurrido solo varios meses y el gas de esquisto no es ya noticia. En vísperas del nuevo año se conocían ya suficientes datos para ver con toda claridad la marcha inexorable del mundo hacia el abismo, amenazado por riesgos tan extremadamente graves como la guerra nuclear y el cambio climático. Del primero, ya hablé; del segundo, en aras de la brevedad, me limitaré a exponer datos conocidos y algunos por conocer que ningún cuadro político o persona sensata debe ignorar.

No vacilo en afirmar que observo ambos hechos con la serenidad de los años vividos, en esta espectacular fase de la historia humana, que han contribuido a la educación de nuestro pueblo valiente y heroico.

El gas se mide en TCF, los cuales pueden referirse a pies cúbicos o metros cúbicos ─no siempre se explica si se trata de uno o de otro─ depende del sistema de medidas que se aplique en un determinado país. Por otro lado, cuando se habla de billones suelen referirse al billón español que significa un millón de millones; tal cifra en inglés se califica como trillón lo cual debe tenerse en cuenta cuando se analizan las referidas al gas que suelen ser voluminosas. Trataré de señalarlo cuando sea necesario.

El analista norteamericano Daniel Yergin, autor de un voluminoso clásico de historia del petróleo afirmó, según la agencia de noticias IPS, que ya un tercio de todo el gas que se produce en Estados Unidos es gas de esquisto.

“…la explotación de una plataforma con seis pozos puede consumir 170.000 metros cúbicos de agua e incluso provocar efectos dañinos como influir en movimientos sísmicos, contaminar aguas subterráneas y superficiales, y afectar el paisaje.”

El grupo británico BP informa por su parte que “Las reservas probadas de gas convencional o tradicional en el planeta suman 6.608 billones -millón de millones- de pies cúbicos, unos 187 billones de metros cúbicos, [...] y los depósitos más grandes están en Rusia (1.580 TCF), Irán (1.045), Qatar (894), y Arabia Saudita y Turkmenistán, con 283 TCF cada uno”. Se trata del gas que se venía produciendo y comercializando.

“Un estudio de la EIA -una agencia gubernamental de Estados Unidos sobre energía- publicado en abril de 2011 encontró prácticamente el mismo volumen (6.620 TCF o 187,4 billones de metros cúbicos) de shale gas recuperable en apenas 32 países, y los gigantes son: China (1.275 TCF), Estados Unidos (862), Argentina (774), México (681), Sudáfrica (485) y Australia (396 TCF)”. Shale gas es gas de esquisto. Obsérvese que de acuerdo a lo que se conoce Argentina y México poseen casi tanto como Estados Unidos. China, con los mayores yacimientos, posee reservas que equivalen a casi el doble de aquellos y un 40% más que Estados Unidos.

“…países secularmente dependientes de proveedores extranjeros contarían con una ingente base de recursos en relación con su consumo, como Francia y Polonia, que importan 98 y 64 por ciento, respectivamente, del gas que consumen, y que tendrían en rocas de esquistos o lutitas reservas superiores a 180 TCF cada uno”.

“Para extraerlo de las lutitas -señala IPS- se apela a un método bautizado ‘fracking’ (fractura hidráulica), con la inyección de grandes cantidades de agua más arenas y aditivos químicos. La huella de carbono (proporción de dióxido de carbono que libera a la atmósfera) es mucho mayor que la generada con la producción de gas convencional.

“Como se trata de bombardear capas de la corteza terrestre con agua y otras sustancias, se incrementa el riesgo de dañar subsuelo, suelos, napas hídricas subterráneas y superficiales, el paisaje y las vías de comunicación si las instalaciones para extraer y transportar la nueva riqueza presentan defectos o errores de manejo.”

Baste señalar que entre las numerosas sustancias químicas que se inyectan con el agua para extraer este gas se encuentran el benceno y el tolueno, que son sustancias terriblemente cancerígenas

La experta Lourdes Melgar, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, opina que:

“‘Es una tecnología que genera mucho debate y son recursos ubicados en zonas donde no hay agua’…”.

“Las lutitas gasíferas -expresa IPS- son canteras de hidrocarburos no convencionales, encalladas en rocas que las guarecen, por lo que se aplica la fractura hidráulica (conocida en inglés como ‘fracking’) para liberarlas a gran escala.”

“La generación de gas shale involucra altos volúmenes de agua y la excavación y fractura generan grandes cantidades de residuos líquidos, que pueden contener químicos disueltos y otros contaminantes que requieren tratamiento antes de su desecho.”

“La producción de esquisto saltó de 11.037 millones de metros cúbicos en 2000 a 135.840 millones en 2010. En caso de seguir a este ritmo la expansión, en 2035 llegará a cubrir 45 por ciento de la demanda de gas general, según la EIA.

“Investigaciones científicas recientes han alertado del perfil ambiental negativo del gas lutita.

“Los académicos Robert Howarth, Renee Santoro y Anthony Ingraffea, de la estadounidense Universidad de Cornell, concluyeron que ese hidrocarburo es más contaminante que el petróleo y el gas, según su estudio ‘Metano y la huella de gases de efecto invernadero del gas natural proveniente de formaciones de shale’, difundido en abril pasado en la revista Climatic Change.

“‘La huella carbónica es mayor que la del gas convencional o el petróleo, vistos en cualquier horizonte temporal, pero particularmente en un lapso de 20 años. Comparada con el carbón, es al menos 20 por ciento mayor y tal vez más del doble en 20 años’, resaltó el informe.”

“El metano es uno de los gases de efecto invernadero más contaminantes, responsables del aumento de la temperatura del planeta.”

“‘En áreas activas de extracción (uno o más pozos en un kilómetro), las concentraciones promedio y máximas de metano en pozos de agua potable se incrementaron con proximidad al pozo gasífero más cercano y fueron un peligro de explosión potencial’, cita el texto escrito por Stephen Osborn, Avner Vengosh, Nathaniel Warner y Robert Jackson, de la estatal Universidad de Duke.

“Estos indicadores cuestionan el argumento de la industria de que el esquisto puede sustituir al carbón en la generación eléctrica y, por lo tanto, un recurso para mitigar el cambio climático.

“‘Es una aventura demasiado prematura y riesgosa’.”

“En abril de 2010, el Departamento de Estado de Estados Unidos puso en marcha la Iniciativa Global de Gas Shale para ayudar a los países que buscan aprovechar ese recurso para identificarlo y desarrollarlo, con un eventual beneficio económico para las transnacionales de esa nación.”

He sido inevitablemente extenso, no tenía otra opción. Redacto estas líneas para el sitio web Cubadebate y para Telesur, una de las emisoras de noticias más serias y honestas de nuestro sufrido mundo.

Para abordar el tema dejé transcurrir los días festivos del viejo y el nuevo año.



Fidel Castro Ruz
Enero 4 de 2012
9 y 15 p.m.